En 1910, más de 100 mujeres provenientes de 17 países se reunieron en Copenhague, Dinamarca para proclamar el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, una conmemoración que reflejaría su lucha por la igualdad de derechos.
Un año después y con la consigna de la reivindicación de la igualdad, la mujer exigió su derecho a votar, ocupar cargos públicos, educación y la erradicación de la discriminación. Pocos días después del festejo, en Nueva York, más de 140 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Triangle.
El acontecimiento denostó las condiciones laborales bajo las que debían trabajar las mujeres y fue con el lamentable hecho que las leyes estadounidenses para el trabajo comenzaron a cambiar.
En 1917, en Rusia, las mujeres de aquel país celebraron el día de la mujer el último domingo de febrero, en donde su causa fue la paz, esto ante los más de dos millones de soldados muertos en la guerra. Días después, y con la abdicación del monarca Ruso Nicolás II, se concedió a las mujeres su derecho a votar.
Sin embargo, en México, el sufragio femenino vio la luz hasta 36 años después, el 17 de octubre de 1953. Pese a lo logrado y aunque el mundo sigue en constante crecimiento, los índices de violencia, la discriminación y desigualdad aún siguen siendo una realidad.
Violencia enquistada
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 35% de las mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual ya sea de su pareja sentimental o una distinta. Estudios nacionales revelan, según la ONU, hasta el 70% de las mujeres ha experimentado violencia por parte de su compañero sentimental a lo largo de su vida.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció un marco de acción la la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, pese a ello, la ONU revela que una de cada tres mujeres sufre de violencia.
Estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) arrojan que en México, de 2012 (año de inicio de administración de Enrique Peña Nieto) a 2015 (sus datos más recientes), se han registrado 10,203 defunciones de mujeres por homicidio. De los cuales se desprende que al menos 394 tuvieron que ver con violencia familiar.
Las cifras existen y pese a la poca claridad y los grandes vacíos que se dejan notar, en la cumbre del G-20 de 2012 México fue clasificado como uno de los cinco peores países para ser mujer. Con esta posición no sólo se evidenció la poca seguridad que viven las mujeres mexicanas, si no que se pusieron en duda las políticas públicas que protegen a las mujeres en el país.
¿Qué se está haciendo?
En 2007 fue publicada al Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en una de las medidas del Gobierno Federal para perseguir y sancionar las acciones de tipo feminicida. También se creó el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, organización ciudadana enfocada en derechos humanos con perspectiva de género y que ayuda a las mujeres víctimas de violencia de cualquier tipo para que tengan acceso a la justicia.
Pese a lo anterior, en México todavía existen alto grado de impunidad y el número de feminicidios ha ido en aumento. Aunque casi todas las entidades federativas tipifican el feminicidio como delito, aún es necesario dar seguimiento a las líneas de actuación para saber el grado de cumplimiento de éstas, así como generar protocolos de seguridad que garanticen el derecho a la vida de las mujeres.