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Turismo paranormal en Zacatecas, desempaca el escepticismo

En Zacatecas el turismo artístico-cultural y el religioso atraen a miles de visitantes cada año; no obstante, hay otras ramas que han empezado a tomar relevancia, como el de aventura, de bodas y el… ¿turismo paranormal? Así es, gracias a la cantidad de edificios coloniales, las amplias serranías y los pueblos abandonados, el estado se revela como un destino potencial si buscas desafiar tus percepciones. 

Escalofríos y sonidos sin origen aparente

Esta rama del turismo se encarga de abrir espacios al público, donde puedes atestiguar fenómenos sin explicación: apariciones, avistamientos de ovnis, entes criptozoológicos o criptobotánicos, experiencias psíquicas o conocer historias del folklore en donde tuvieron origen. 

Prácticamente en todo el mundo hay lugares que son visitados por amantes de lo paranormal e investigadores con el objetivo de revelar sus secretos. Algunos de los sitios que despiertan el interés de los curiosos son:

Zacatecas: Ovnis, fantasmas y otros entes

Aranzazú del Cobre, Concepción del Oro: Durante su esplendor, este pueblo fue uno de los principales puntos mineros del país. Aunque hay muy pocos habitantes, el templo dedicado a la virgen de Aranzazú sigue recibiendo fieles. Existen testimonios sobre la aparición de fantasmas de personas de los siglos XIX y XX en el panteón; además de los avistamientos y “marcas” de ovnis en la punta de un cerro. 

Cerro de la Bufa, Zacatecas: Una leyenda dice que en el interior existe un palacio dorado, lleno de piedras preciosas e inundado por un resplandor sin comparación; para conocerlo sólo basta encontrar la escalinata de mármol que da acceso, por lo que es tarea de los visitantes explorar de forma minuciosa cada rincón.

Panteón de Dolores, Jerez: Además de las apariciones nocturnas que se le atribuyen por ser un cementerio, dicen que hay una tumba en la que la escultura de piedra “llora” en ocasiones, cubriéndose los ojos con las manos.

Hotel Mesón del Jobito, Zacatecas: Aun cuando su popularidad se atribuye a la belleza de la construcción, hay quienes eligen hospedarse ahí por la posibilidad de ser visitados por fantasmas o escuchar “sonidos de ultratumba”. Aunque no hay evidencias que confirmen los hechos, se dice que en la habitación 107 se potencia la actividad paranormal.

Atolinga, Atolinga: Debido a la altura y áreas naturales a las afueras del municipio, habitantes mencionan que es común ver “bolas de fuego” flotando entre los cerros. Los avistamientos suelen atribuírsele a la existencia de brujas o de presencias extraterrestres.

El Campanario, Tlaltenango: La Barranca del Campanario está a los pies de la Sierra de Morones; por toda la región abundan historias sobre sonidos de campanas, apariciones y susurros de la naturaleza. Por su riqueza de flora y fauna, se presta para la meditación o para “recargar energías”. 

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