Ubicado en Los Altos de Jalisco, en el municipio de Jalostotitlán se encuentra Teocaltitán, un vestigio arqueológico que da cuenta de la historia prehispánica de México. Este es uno de los más de mil 500 sitios arqueológicos de la entidad registrados ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y es el orgullo de la región debido a su relevancia cultural en la entidad.
La recuperación de esta zona empezó en el 2007, con la creación del Fideicomiso de Arqueología impulsado por la Secretaría de Cultura de Jalisco (SCJ) y gracias a un convenio firmado por el Gobierno del Estado y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
¿Cuál es la historia de Teocaltitán en Jalostotitlán?
Este recinto data de una civilización posterior a la tradición Teuchitlán de Guachimontones, y se encuentra dividido en dos sectores, la pirámide central, que tiene cerca de 10 metros de altura, y la sección de juego de pelota. Se estima que estuvo activo a partir del año 450 d.C. y se abandonó cerca del 900 d.C.
Posteriormente, en el periodo Posclásico, casi 100 años después, tuvo un período de ocupación gracias al arribo de tribus del norte, las cuales dejaron deshabitado el lugar alrededor de 1,350 d.C. Por lo que cuando los españoles llegaron a América estaba abandonado.
Teocaltitán, durante su esplendor con los teocalis, tuvo que resistir las acometidas de los aztecas, quienes después de permanecer por 40 años en Teocaltiche se desplazaron al centro del país.
El Gobierno de Jalisco señala que el sitio arqueológico fue un centro ceremonial que perteneció a la Tradición Grillo. Además, indica que el complejo cuenta con plataformas rectangulares, así como patios hundidos, plataformas elevadas, espacios abiertos y otros espacios. Cuenta con 23 estructuras identificadas hasta el momento, distribuidas alrededor de la parte superior del cerro de Teocaltitán.
¿Se encuentra abierto al público?
Después de años realizando tareas de restauración, el sitio arqueológico de Teocaltitán se encuentra abierto al público, siendo una de las pocas zonas del tipo en esta región del país.
Los recorridos se realizan de las 8 a las 15 horas del día, y se recomienda a la población llevar agua al lugar, pues es necesario subir el cerro para poder llegar.