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Desconexión y vacaciones, propuestas urgentes para la productividad

desconexión laboral

La calidad de vida depende de la gestión y equilibrio entre distintos aspectos, como el bienestar físico, material, social, laboral, personal, económico y emocional. En México, esta calidad está fuertemente influenciada por las condiciones laborales. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país con el mayor promedio de horas trabajadas por individuo al año (dos mil 124). 

En el país se trabajan 400 horas más que el promedio de las naciones que conforman la organización (mil 687 horas). Aunado a esto, las y los trabajadores mexicanos tienen el periodo vacacional más corto; en su primer año, tienen derecho a tan sólo seis días de descanso —mientras que en otros países se dan hasta 30—. A pesar de tener una mayor cantidad de horas de trabajo y menos días de descanso, la productividad del país se encuentra en los últimos lugares.

Esto puede verse reflejado en el Producto Interno Bruto (PIB), que alcanza apenas los 18 mil 963 dólares per cápita, mientras que el promedio de la OCDE es de 45 mil 26 dólares per cápita. 

En los indicadores laborales, México sigue estando por debajo del promedio debido a los niveles de desigualdad e inclusividad laboral, siendo la pobreza la problemática más persistente. La calidad de vida se ve altamente afectada por las condiciones en que se trabaja, de ahí que el país ocupe el lugar 39 de 40 en el Índice para una Vida Mejor.

Más horas laborales, más cerca del burnout

A partir de los datos brindados, se deshoja la idea de que “trabajar mucho implica mayor productividad”. Al contrastar los datos de México con los países más productivos, puede contemplarse menor número de horas trabajadas, mayor periodo de descanso y mayor producción.

Se esclarece que el descanso efectivo es un factor que aumenta los niveles de productividad, de competitividad y, al mismo tiempo, de la calidad de vida de las y los trabajadores. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el país se encuentra en el lugar 37 de 43 países evaluados en el Índice de Competitividad.

Más allá de la competitividad y la productividad, la población trabajadora se ve fuertemente afectada en aspectos de bienestar físico y mental. 60% de las personas trabajadoras padecen de estrés laboral, siendo el número uno, según la Asociación Internacional MX y la OCC Mundial. De esta población, 23% ha estado expuesto a estrés todo el tiempo, 47% lo ha padecido de manera ocasional y 30% lo ha sufrido pocas veces.  

Al pasar gran parte del tiempo con grandes niveles de estrés, las personas desembocan en el síndrome del agotamiento (también conocido como burnout), el cual, a partir de enero del 2022, ha sido catalogado como un padecimiento laboral por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los impactos e incidencias de largos periodos de estrés laboral son: 

Aunado a esto, se ha encontrado una relación causal que predomina en la planta productiva de México y los índices de defunciones por suicidio. 

Durante 2020, se presentaron seis mil 537 casos, según la Oficina Regional de las Américas de la OMS. Por su parte, el INEGI registró, durante ese mismo año, siete mil 818 —lo que representó el 0.7% del total de muertes y una tasa de suicidio de 6.2 por cada cien mil habitantes—. Para 2030, se prevé que la mayor causa de incapacidad laboral sea la depresión. 

Las afectaciones del estrés también atraviesan a la productividad. Tan solo la ansiedad, la falta de motivación, el cansancio constante, la angustia y la irritabilidad son aspectos que, en el día a día, merman las capacidades de las y los trabajadores. Cabe resaltar que las mujeres dentro del campo laboral sufren más estrés laboral, con un 65% y un 70% en edades que van de los 30 a los 49 años, respectivamente. A esto se suma que las mujeres realizan más trabajo no remunerado, lo que les brinda muchas menos horas de descanso.

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Desconexión laboral

Durante la pandemia se dieron cambios considerables en las formas de trabajo. Las dinámicas tradicionales fueron reemplazadas por nuevas necesidades ligadas al desarrollo y uso de las tecnologías digitales. El trabajo desde casa o teletrabajo trajo consigo una nueva perspectiva sobre las condiciones laborales, así como en aspectos que cobran valor más allá del ingreso económico, como: salud, calidad de vida, bienestar y satisfacción personal.

Por un lado, el trabajo en casa permitió ciertas bondades y comodidades; sin embargo, para miles de personas también significó exceso en las cargas de trabajo y acoso por parte de sus empleadores. Esta modalidad ha implicado un ahorro en gastos para las empresas, por lo que miles han optado por mantener el teletrabajo como una constante. 

El derecho a la desconexión digital surgió para establecer un límite entre los horarios de trabajo y la vida personal dentro de la Ley Federal de Trabajo.  

Una vez establecido, las y los trabajadores podrán desconectarse del trabajo y abstenerse de participar en comunicaciones digitales relacionadas con su empleo. En estos se contemplan mensajes, correos electrónicos, llamadas o cualquier otra modalidad de comunicación que se presente durante el horario no laboral. 

Los beneficios para la población trabajadora son amplios. Según el índice para una Vida Mejor de la OCDE, los mexicanos dedican 13.5 horas del día al cuidado personal y el ocio, mientras que la media en otros países es de 15 horas. 

Más vacaciones en México: una propuesta urgente 

La senadora de la República, Patricia Mercado, ha emprendido la iniciativa de reformar la Ley Federal del Trabajo, en sus artículos 76 y 78, para ampliar el periodo de vacaciones y los días continuos de días de descanso. 

En entrevista para Líder Empresarial indicó que, actualmente, “la sociedad no está dispuesta a sacrificar su calidad de vida por sus ingresos. Hay un nuevo modelo de conciliación entre familia y trabajo. La autonomía de tiempos es uno de los valores laborales más importantes en estos momentos”.  

En la medida en que las empresas tomen estas consideraciones, ganarán talento y, sobre todo, productividad. Como se ha evidenciado en países como Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Islandia y Suecia, el aumento en días de vacaciones genera incrementos en la productividad. 

La senadora apunta que hay diferentes factores a tomar en cuenta para mejorar las condiciones laborales, entre ellos, que el 68% de la población vive en zonas metropolitanas —por lo que se pierde mucho tiempo en movilidad urbana—. 

Encaminando el panorama mexicano hacia un modelo de trabajo más justo, equitativo, seguro y productivo, Patricia Mercado propone aumentar a doce días el periodo de vacaciones al cumplir el primer año, que crecería gradualmente hasta veinte días. Posteriormente, cada cinco años, se agregarían dos días más. 

A partir del diálogo con sindicatos y representantes empresariales, se ha concordado en la necesidad de brindar más periodos de descanso. Para el sector empresarial esto resultará beneficioso y, a nivel nacional, creará una sociedad más productiva. 

Además de elevar la calidad de vida, esta medida podrá reducir los altos niveles de trabajo informal. Asimismo, generará un mayor atractivo para las empresas extranjeras que busquen instalarse en México, ampliación de la base tributaria y un mayor impacto económico. Posteriormente, impactará en la industria turística, al incrementar la derrama económica para destinos nacionales. 

Seguimos en diálogo con los representantes de trabajadores, así como con el Gobierno Federal y los empresarios. Esperamos tener listo el dictamen para ser votado en septiembre de este año, una vez que inicie el siguiente periodo”, apuntó. 

De esta manera se da un paso urgente hacia el trabajo digno, mediante el respeto de los derechos fundamentales de las personas, poniendo en el centro la integridad física y mental. 

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