El plan de deportación masiva propuesto por Donald Trump podría tener profundas repercusiones para México.
Diversas fuentes han analizado sus implicaciones desde perspectivas económicas, sociales y de seguridad.
Deportaciones masivas: un reto para México
Según un artículo de The Washington Post, casi la mitad de los 11 millones de migrantes indocumentados en Estados Unidos son mexicanos. Lo anterior hace que México sea el principal receptor de las deportaciones masivas, dada la proximidad entre ambos países.
La logística de este plan resultaría más sencilla para Estados Unidos, pero generaría una enorme presión en comunidades mexicanas que carecen de recursos para recibir a grandes cantidades de deportados.
En una mesa de análisis, Mariana Aparicio Ramírez, del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos, afirmó que este plan es «viable y más cercano de lo que parece». Advirtió que México debe prepararse no solo para el retorno de ciudadanos mexicanos, sino también para el de otros migrantes latinos.

Infraestructura insuficiente y riesgos sociales
El mismo artículi de The Washington Post subraya que las regiones receptoras en México podrían enfrentar una crisis humanitaria.
Los refugios, en su mayoría administrados por grupos religiosos, están subfinanciados y no preparados para recibir deportaciones masivas.
Además, la administración de Claudia Sheinbaum aún no ha completado su equipo de trabajo, lo que limita la capacidad de respuesta ante esta situación.
Aparicio Ramírez también destacó que el retorno masivo podría empeorar la pobreza en estas comunidades y alimentar el crimen organizado, que actúa como principal empleador en regiones vulnerables.
Impacto económico y desempleo
Las remesas enviadas por migrantes mexicanos en Estados Unidos alcanzaron los $60 mil millones en 2023, según refiere The Washington Post. Una deportación masiva podría reducir esta fuente de ingresos, afectando gravemente a las familias más pobres.
Claudia Maya López, investigadora del Cisan, sugirió que integrar a los deportados al campo mexicano podría ser una solución. Propuso políticas públicas de pleno empleo y mayor inversión en infraestructura para evitar que los migrantes sean captados por el crimen organizado.
Además, The Washington Post advirtió que la economía mexicana podría enfrentar mayores retos si Estados Unidos impone aranceles a productos mexicanos, complicando aún más el panorama económico.
Beneficio para el crimen organizado
Un efecto secundario del plan, destacado por The Washington Post, es el fortalecimiento de los grupos criminales en México. Los migrantes deportados serían vulnerables a extorsiones y secuestros en las ciudades fronterizas, donde los cárteles ya ejercen un control significativo.
El artículo señala que las políticas migratorias anteriores, como «Remain in Mexico», demostraron cómo el crimen organizado explota estas situaciones. Mariana Aparicio alertó que la falta de preparación podría facilitar que estas organizaciones recluten a los deportados, aumentando la inseguridad en todo el país.