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Denominación de origen: ¿para cuándo el deshilado o la guayaba?

¿Qué tienen en común la vainilla de Papantla, el sotol y la talavera?

Además de que son un orgullo que distingue a los productores mexicanos y dan prestigio al país, están protegidos contra la piratería por el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial), gracias a la Denominación de Origen, la cual garantiza al consumidor la calidad y autenticidad del producto.

El libro Denominaciones de Origen, Orgullo de México incluye hasta este momento catorce productos: desde el chile habanero de la península de Yucatán o el arroz del Estado de Morelos, hasta bebidas muy tradicionales de ciertas regiones de la república, las cuales apenas se están comercializando más allá de las fronteras –como la bacanora o la charanda–. Por supuesto, también protege el trabajo de los artesanos, como la talavera o el ámbar de Chiapas.

La finalidad de este distintivo es proteger legalmente un producto cuya calidad está asociada con el lugar donde se genera.

¿Sería viable incluir en la lista a las guayabas de Calvillo o a la centenaria técnica del deshilado hidrocálido?

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