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Delega tu camino al éxito

María José Valdez Martínez 

Co-fundadora 02X y Venture Studio Mexico 

 

“Cuando delegas tareas, creas seguidores. Cuando delegas autoridad, creas líderes.” 

Craig Groeschel 

 

¿Qué pasaría si decides tomar un mes de vacaciones a un sitio donde el canal de comunicación es escaso? Si tu respuesta es: “imposible”, entonces debes preguntarte si tu estructura organizacional es la adecuada, si tienes el equipo de trabajo con las capacidades y el liderazgo necesarios, y si has aprendido a decir qué hacer en lugar de cómo hacerlo, ya que existe una gran diferencia entre delegar y dar órdenes. 

Según datos de la revista CNNExpansión, el 80 por ciento de las pymes que nacen en México mueren a los dos años por falta de análisis y profesionalización, esto se debe principalmente a que no existe una correcta estructura de la empresa y cuando ésta comienza a crecer sin una base sólida, se derrumba. Asimismo, el emprendedor debe aprender a utilizar una palabra clave que lo ayudará a tener todas las áreas del negocio en orden para poder enfocarse en una estrategia de crecimiento, y ésta es delegar.

Es importante tener la humildad de aceptar que alguien puede hacer cierto trabajo mejor que tú; el hecho de que seas el iniciador del proyecto no quiere decir que lo sepas todo. Tal vez, al inicio tú controlabas las ventas, los clientes, los pagos, los empleados, entre otras actividades y te pareciera sencillo hacerlo; pero llega un punto en el cual tienes que aprender a delegar, pues de otra forma no podrás con el paquete y en lugar de crecer, simplemente te caerás.

Por supuesto, es importante escoger con mucho cuidado a quién le delegas. Debes elegir a las personas que cuenten con el perfil y las capacidades óptimas para realizar las responsabilidades asignadas, ya que el objetivo es que tú estés tranquilo. Si existe una mala selección, entonces el resultado no será el esperado. Esto debe estar acompañado de una supervisión y medición de resultados; pero ojo, no siempre esperes que sus decisiones sean las que tú tomarías, debes confiar en ellos, aunque muchas veces se pueden llegar a equivocar. En tal caso, simplemente da una retroalimentación del error para que no se vuelva a cometer en futuras ocasiones y confía.

Debes contratar profesionales que sean mejores que tú y dejarlos trabajar. Busca gente que quiera destacar y no caer en una rutina de confort en la cual sólo esperen recibir instrucciones. Con esto me refiero a trabajar de manera inteligente y no de manera extenuante, es decir, haz las actividades en las cuales eres bueno y deja lo demás a un equipo de confianza. Haz lo que amas y en lo que eres mejor, finalmente eso llevó a la empresa a crecer; además, si te enfocas en ello, tendrás energía para contagiar y colaborarás con quien quieres. Tu equipo, al igual que tú, debe amar lo que hace para que desarrollen un círculo de trabajo eficiente. 

Tu mejor inversión será tu personal, ya que las habilidades, capacidades y aptitudes de los trabajadores son completamente rentables para tu empresa. Además, al permitir que tus colaboradores pongan en marcha sus iniciativas, impulsas su compromiso y lealtad, lo cual lleva a generar antigüedad en la organización. Esto reditúa en experiencia y mayor conocimiento del funcionamiento del negocio, con lo cual los empleados podrán tomar más y mejores decisiones.

Según Robin Sharma, conocido como uno de los expertos en liderazgo más importantes del mundo, los puntos fundamentales para que los emprendedores exploten su liderazgo son: identificar a otros líderes en la organización, crear oportunidades, tener buena actitud siempre, y crear influencia positiva a través de los buenos hábitos.

Carlos Slim es un ejemplo de la eficiencia de delegar. Por medio de una estructura firme, el empresario ha sabido llevar negocios en distintos lugares al colocar a personas clave en sus distintas firmas para que él pueda enfocarse a seguir creciendo mediante estrategias específicas, innovación y búsqueda de nuevas oportunidades. Si él estuviera a cargo de cada una de sus compañías y tomara todas las decisiones, no estaría donde está ahora y, seguramente, tampoco podría cumplir con toda esa responsabilidad.

Como lo mencionaba al principio del artículo, tu meta debe ser poder salir de tu empresa por el tiempo que desees, quedándote con la tranquilidad de que ésta seguirá caminando, con o sin ti, a la misma velocidad y cumpliendo con las responsabilidades del día a día (tal vez hasta superando las expectativas). Acepta que eres prescindible. Es tan sencillo como preguntarte qué crees que sea más eficiente: 100 tareas importantes que debes realizar tú o 100 tareas distribuidas entre un equipo de trabajo capaz de realizarlas igual o mejor que tú en un menor tiempo.

Para un emprendedor, su negocio es como su bebé, pero al igual que una madre o padre, debe soltarlo conforme va creciendo. No sobreprotejas tu proyecto, aprende a delegar responsabilidades y enfócate a lo que te corresponde como mente emprendedora: estructura de negocio y estrategias de crecimiento. ¡No pierdas tu foco! Prepara gente y confía en ella.

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