“Hacer lo que ya existe es llevar al mundo de Cero a Cero. Hacer algo totalmente nuevo lleva al mundo de Cero a Uno”. En el libro Zero to One, Peter Thiel –fundador de PayPal, entre otras cosas– define con esta filosofía el camino que debe seguir una scaleup para sobrevivir y trascender en el ecosistema emprendedor.
No es un proceso sencillo. De hecho, es precisamente pasar de cero a uno la etapa más crítica de una startup que quiere ir de la infancia a la adolescencia. “Puede costar más que ir de uno a cien”, sostiene Antonio Martín del Campo, gerente regional de Endeavor en el Bajío.
La hora de madurar es diferente en cada proyecto. Suele ocurrir cuando ha pasado la “infancia de una empresa”, la cual tiene lugar entre los cero y los dos años y medio. Pero no todas lo consiguen. Según Martín del Campo, “90 por ciento de los negocios fallecen en los primeros años” y de los sobrevivientes, muy pocos crean los empleos necesarios para el buen funcionamiento de la sociedad mexicana.
Hay que tener en cuenta que en el imaginario de las scaleups, el concepto ‘pequeño’ no existe. “Las pymes son un estado de ánimo”, afirma tajante el gerente de Endeavor. Para él, se puede “diseñar una compañía para ser una scaleup desde el inicio”. Estas son, para la aceleradora de negocios, “las empresas grandes que realmente empiezan siendo grandes”.
¿Cómo se diseña un proyecto para ser una scaleup?
Empiezan como startups, entendiendo al emprendedor como aquel que se anima a diseñar su propia empresa, y tienen una serie de rasgos comunes:
- Su modelo de negocio es la clave, el ADN de la idea. “Debe ser un modelo de negocio muy loco. Si no es muy loco, va a ser muy complicado”, señala Martín del Campo.
- El emprendedor ha de tener un gran conocimiento de la industria y ser consciente de que “estamos en un mundo de tiburones”, advierte.
- Asimismo, el líder del proyecto debe contar con un alto nivel de estudios y experiencia en el sector en el cual quiera desarrollarse. Su figura es clave, de ahí que el gerente de Endeavor hable de emprendedores de alto impacto, capaces de sacar su idea adelante y que se rodean de personas altamente cualificadas.
- El denominador común de los empresarios no es precisamente la juventud. Hay que trabajar duro por muchos años para lograr dar el salto y según Martín del Campo, “los millennials no quieren hacer eso”. Al menos por el momento. De hecho, la edad de los emprendedores asesorados por Endeavor es de 42 a 52 años.
- Siempre empiezan con capital y con cofundadores. A este capital se le denomina smart money y es esencial para la supervivencia del ecosistema.
- No debe estar dedicado necesariamente a la tecnología: “La tecnología es un commodity; se compra”.
¿Por qué son tan importantes para la economía mexicana?
Cuando una compañía que ha logrado superar su niñez lleva al menos tres años operando, registra una tasa de crecimiento igual o mayor al 20 por ciento y está creando empleos a un ritmo similar. Se puede decir que ya es una adolescente que se dirige hacia la verdadera madurez.
Su impacto en la economía mexicana es decisivo. “Que 130 empresas pasen de pequeñas a grandes supondría un 1 por ciento del PIB del país”, asegura Martín del Campo. Pero a México, donde las scaleups representan tan solo 6 por ciento de los negocios nacionales, le queda mucho camino por andar.
Impacto inmediato en la economía
Para el país, que las scaleups lograran superar a los depredadores del ecosistema emprendedor, supondría ventajas inmediatas, las cuales transformarían radicalmente la economía por dos motivos esenciales:
- Son estables y duraderas: Estudios demuestran que solo un porcentaje pequeño fracasa un año después de su conversión a mediana o gran empresa.
- Generan empleos de mayor calidad y a largo plazo: Según datos de 2014, 38 por ciento de los puestos de trabajo nuevos de la nación fueron generados por compañías de alto impacto. Además, suelen ser más resistentes a la pérdida de empleos durante épocas de crisis o recesión.