El Índice para una Vida Mejor es una herramienta en línea que alienta a la población a medir el bienestar conforme a los aspectos que considere importantes.
El marco conceptual de la OCDE para definir y medir el bienestar distingue entre el bienestar actual y el futuro, esto en 11 específicos del bienestar: la vivienda, los ingresos, el empleo, la comunidad, la educación, el medio ambiente, el compromiso cívico, la salud, la satisfacción ante la vida, la seguridad y el equilibrio laboral-personal; y dos aspectos transversales: la sostenibilidad y las desigualdades.
México está por encima de la media de la OCDE en bienestar subjetivo, pero por debajo en compromiso cívico, vivienda, calidad ambiental, salud, contactos sociales, equilibrio laboral-personal, trabajo y salarios, ingresos y riqueza, seguridad personal y educación y competencias.
- El promedio de homicidios por cada 100 mil habitantes es de 22.9, demostrando una brecha abismal con el promedio de los países de la OCDE que es de 4.2.
- El promedio de los ingresos en México es de 6 mil 554 dólares, cuando el promedio de la OCDE es de 18 mil 907 dólares. En 2010 en un 19 % de los hogares mexicanos con al menos uno de sus miembros empleados se dieron condiciones de pobreza de los ocupados y un 11 % de los miembros de familias en las que todos los adultos trabajan estaban en situación de pobreza.
- En México sólo 25 por ciento de la población tiene acceso al internet, mientras que el promedio de la OCDE es de 67.2 por ciento.
- La tasa de empleo está en 63.8 por ciento, mientras que en la OCDE el estándar se ubica en 66.7 unidades porcentuales.
- México es el segundo país de la región de la OCDE con la mayor disparidad regional en el PIB per cápita.
- La OCDE destacó que la confianza de la población en las instituciones y en el funcionamiento de la democracia también ha disminuido, el porcentaje de mexicanos que afirma confiar en el gobierno se redujo del 42 % al 33 % entre 2007 y 2012.
- Las mujeres mexicanas siguen teniendo menos posibilidades que los hombres de tener un trabajo remunerado o de ser elegidas al Parlamento, además de destinar muchas horas a labores domésticas o de no sentirse seguras si caminan solas por la noche. Una gran proporción de mexicanas ha denunciado también haber sido víctima de diversas formas de violencia en las que el agresor era su pareja.