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Dangers up ahead

Por Antonio Martín del Campo

Chairman 02X y Venture Studio

 

«The place where I come from is a small town, they think so small, they use small words…«

“Big Time”, de Peter Gabriel

 

Despite repeated warings

Of dangers up ahead

The captain won’t be listening

To what’s been said

[…]

What can we do, what can we do

What can we do to stop this foolish plan going through

What can we do, what can we do

This man is bound to lose his ship and his crew

 

“Despite Repeated Warnings”

Paul McCartney

 

¿Qué es en esencia pensar en grande? ¿Cuál es la principal función del director general de una empresa? ¿Cómo dirigir si se está operando? ¿Emprender, operar o dirigir?

Éstas son varias de las preguntas que no dejan dormir a los emprendedores hoy en día; el transitar de un negocio de alto crecimiento a una firma profesional sin duda puede ser un completo galimatías, incluso para la persona más preparada.

En el estudio titulado Global CEO Outlook, KPMG International encuestó a 1,300 CEO de grandes compañías en todo el mundo para conocer los temas de mayor prioridad en su agenda, así como los desafíos más desalentadores que enfrentan.

A pesar de ser relativamente positivos sobre la economía en general y de sus países, su optimismo se veía atenuado por una adecuada dosis de realismo. Por ejemplo, sólo la mitad de los directores generales (55 por ciento) prevé un crecimiento moderado de 2 por ciento en los ingresos de su empresa durante los próximos tres años, proporción que se eleva a 84 por ciento de los directivos en América Latina y a 82 por ciento en México. También, la mitad de ellos (52 por ciento) afirma que necesitará alcanzar determinados objetivos de crecimiento antes de contratar nuevos talentos, porcentaje que en América Latina se eleva a 84 por ciento y en México a 94 por ciento.

Gracias a factores clave como la disrupción tecnológica, la centralidad en el cliente y la automatización del trabajo, “los CEO de América Latina tienen en sus manos el futuro de las organizaciones que encabezan”, asegura Víctor Esquivel, socio director general de KPMG en México.

Por las respuestas dadas, parece que los altos directivos confían en la situación económica actual; sin embargo, no reflejan esa misma confianza cuando se les pregunta sobre el crecimiento de los ingresos de su propia compañía. ¿Cómo pueden pensar tan positivamente acerca de su entorno y tan mesuradamente sobre su propia empresa?

En el mundo de los negocios, muchas personas no pueden ver el panorama completo porque construyen sus proyectos en un solo silo. Se mantienen enfocados en un área como ventas, producción, soporte, finanzas, etcétera; y luego se mueven verticalmente. Si bien obtienen un alto grado de competencia en su campo y saben exactamente qué es lo mejor para su área, eso no se ve reflejado directamente en toda la organización. En este supuesto, los directores generales y los emprendedores no son la excepción.

A partir de ahí, se genera una brecha entre sus puntos de referencia y la óptica con la que alcanzan a percibir la compañía en su conjunto. Un alto directivo, sin duda, tiene que ser capaz de salir de las trincheras y ver una imagen más amplia.

Si muchos dueños no entienden el negocio en su totalidad, ¿qué pasa con un empleado de una pequeña empresa? Prestar atención al panorama general al comprender los componentes básicos y, lo que es más importante, cómo su rol puede afectar el sistema en su conjunto, puede aumentar drásticamente su agregación de valor.

Y es justo la visión una de las principales características que debe cumplir un emprendedor, un director general o una junta de consejo. Para poder transmitir un enfoque global de toda la firma a los colaboradores es imperativo que los emprendedores se den el tiempo para repensar su organización desde adentro, pero también desde afuera. Modular la visión, revisarla con cierta periodicidad no sólo es relevante, en realidad marca toda una diferencia y es hasta una ventaja competitiva en un entorno tan cambiante como en el que vivimos.

Los planes y proyectos son sólo parte del entramado de la compañía, pero tiene que ser la visión la que oriente las actividades de cada uno de los departamentos; el emprendedor es, en esta lógica, quien tiene la obligación de integrar todos esos elementos inconexos en un todo que multiplique valor.

Dirigir, no operar, es la función del director general; desarrollar nuevas líneas de negocio y generar nuevos proyectos es la del emprendedor.

He had a premonition

He senses sometihig’s wrong

And by his own admission

He knew it all along

The capitain’s crazy

But he doesn’t let them know it

He’ll take us with him

If we don’t do something

Soon to slow it

Si los empresarios quieren ser directores generales de su propio negocio, operarlo y además ser emprendedores, están buscando realizar la fórmula perfecta de la locura y alguien tiene que pararlos, porque tarde o temprano van a naufragar y se llevarán a todos con ellos.

A pesar de los constantes avisos sobre el peligro que acecha, hay muchos capitanes que no escuchan… La advertencia está ahí.

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