Por Carlos de Luna
MINT Mercadotecnia Integral
Vale la pena enterarse qué están haciendo las universidades para desarrollar estudiantes talentosos y promoverlos, y es igualmente valioso saber que los alumnos brillantes tienen el potencial de agregar valor a este mundo con su creatividad e ingenio.
La nueva mentalidad de los jóvenes es diferente a la del mexicano tradicional. Los millennials están capacitados para competir globalmente, apuestan por la investigación y no solo están a la expectativa de que lleguen nuevas tecnologías, especialmente de Estados Unidos, para implementarlas, sino que ahora son capaces de inventarlas.
Recuerdo con gran alegría a la institución que me formó profesionalmente. En una de las materias de mitad de carrera, nos ponían el reto de desarrollar un producto que no existiera en el mercado; para pasar la asignatura, no solo había que demostrarlo, sino también hacer toda la estrategia de comercialización y comunicación para promocionarlo. Fue un enorme reto hacerlo en solo unos cuantos meses… y pensar que en ese tiempo no había internet ni celulares.
Esta era de comunicaciones nos hace vivir en un mundo apresurado y pareciera que las oportunidades de descubrir o inventar algo son cada vez más limitadas. Es entonces que nos pasa por la mente que ya hemos llegado al límite de la invención, ahí están ya los autos que operan con agua en lugar de gasolina y también los vehículos que no ocupan llantas para desplazarse.
También nos cuesta entender cómo es que hay negocios en los cuales ya no pagas con efectivo y ya no debes hacer fila para comprar. Vamos muy rápido y el sendero de los inventos se estrecha cada vez más. Entonces, ¿qué hace a una mente brillante lograr su objetivo de crear un producto o servicio cuya solución sea útil y de gran beneficio para sus futuros usuarios?
Entender lo que se hace y para qué se hace
Hace unos días, la noticia de que un avión comercial de Southwest sufrió la pérdida de uno de sus motores durante un vuelo tuvo un eco mundial. Lamentablemente, en este percance perdió la vida una mujer por no traer el cinturón de seguridad.
Lo valioso de esta noticia es que se difundió la conversación de la piloto con la torre de control, y lo trascendente es cómo esta profesional reaccionó al problema. Más allá de eso, hay que subrayar la respuesta de esta mujer ante dicha situación: “Hice lo que tenía que hacer, amo mi trabajo y lo entiendo”.
Cuando se disfruta la vocación, el hacerlo bien es un disfrute y una consecuencia.
Identificar qué ocupa el mercado y dárselo a un mejor costo
La velocidad es lo que importa, porque más vale hacer las cosas rápidas y bien que lentas y perfectas; la rapidez de la tecnología nos rebasa. Hacer un producto bien no es suficiente, lograr ventajas competitivas en tiempo y costo marca la diferencia.
Por ejemplo, Netflix revolucionó el negocio del entretenimiento en casa; en cambio, Blockbuster se durmió (incluso desechó comprar Netflix cuando se lo ofrecieron). El mercado cambió velozmente; la empresa, no.
Renunciar a lo fácil
Arriesgarse a crear un producto o servicio nuevo implica renunciar a lo cómodo, a lo seguro; es decir, un creativo sabe que la consecuencia de aferrarse a lograr sus aspiraciones lleva consigo rechazar una excelente oferta de trabajo, padecer innumerables desvelos, hipotecar bienes, solicitar préstamos y hasta vender lo que se tenga. Eso no es nada cómodo.
El inventor-empresario Elon Musk es uno de los ejemplos más representativos de esta nueva generación. Ahí están su iniciativa de colonizar Marte en viajes aeroespaciales con su empresa SpaceX y sus casas que se autoabastecen de energía solar con los proyectos de Solar City. Sin duda, este hombre es un genio que está cambiando el rumbo de la humanidad.
Cometer errores, entenderlos y superarlos
Los grandes inventos normalmente llegan después de innumerables intentos. El príncipe azul de la creatividad aparece cuando se evoca.
Mantener una mente abierta
La enajenación positiva de lograr proyectos ocupa una mente obstinada en superar lo que existe.
Estos jóvenes de Max4 Technologies son excepcionales, no se han puesto límites, le invierten a la investigación y al desarrollo, viven una realidad impostergable, asisten a expos para actualizarse y vender lo que hacen, confían en sí mismos y más que eso, están conscientes de que llegarán muy lejos porque han entendido que para lograr el éxito hay que visualizarlo, sobre todo cuando tus recursos son tus ideales.