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Cuándo comer palomitas es buena idea, y cuándo no

Alborotos, poporopos, pororó, cabritas, maíz pira, crispetas, pochoclos, o simplemente palomitas. Este curioso y delicioso alimento ha estado presente en los momentos más emocionantes de nuestra vida, como cuando acompañamos a los tripulantes de Apolo a la luna o recapitulamos las aventuras de Frodo y el anillo; sin embargo estos frágiles bocados pueden ser en muchas ocasiones los mejores aliados de las grasas trans y convertirse en los villanos de la película.

Las palomitas provienen de una variedad de maíz cuya principal peculiaridad es reventar cuando se eleva la temperatura durante su cocción.

¿Por qué explotan?

El cascarón del maíz transmite calor al interior, lo que ocasiona que la matriz de proteínas y gránulos del almidón del interior se ablanden, asimismo, el vapor generado hace que aumente la presión en el grano y cuando la temperatura alcanza los 190 grados centígrados, la cubierta revienta porque la presión es siete veces mayor que la exterior. Finalmente, la mezcla de proteínas y almidón se solidifica con el descenso de temperatura resultando la conocida forma de flor blanca.

Sus beneficios

De acuerdo con un estudio de Profeco, el principal agente benefactor de las palomitas son los polifenoles (antioxidantes), pues ayudan a prevenir alteraciones funcionales y estructurales en enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, cáncer y otras relacionadas con los procesos de oxidación celular. Los niveles de polifenoles que contiene el maíz inflado superan los 300 miligramos, tan sólo en una ración.

¿Cuándo NO incluirlas en la dieta?

Las también llamadas rosetas son un excelente acompañamiento en la dieta de las personas debido a que contienen fibra y pocas calorías, sin embargo estas últimas pueden aumentar cuando se les adicionan otros ingredientes como azúcar, sal, grasas, o aceites, haciéndolas menos sanas.

Si de marcas hablamos, ¿cuáles elegir?

El laboratorio de Profeco realizó durante 2015 un estudio en el que se evaluaron 37 marcas bajo los indicadores de composición (proteína, grasa, grasa saturada, grasas trans y carbohidratos), contenido de sodio, porcentaje de granos que no revientan, información de etiquetado y precio. Estas fueron las conclusiones:

En el mercado hay muchas opciones de palomitas diferentes para elegir, pero Profeco recomienda prepararlas en casa, sin grasa, o con unas gotas de aceite de oliva.

¿Creció tu amor por las palomitas?

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