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¿Cuáles son las «variantes de preocupación» del COVID-19?

Con más de 180 millones de infecciones por el virus SARS-CoV-2 (que tengamos registro, pues el número puede ser ostensiblemente superior ante los contagios que no se reportan por manifestar síntomas leves o inexistentes), era imposible que el patógeno no observase alguna mutación. 

Todos los virus evolucionan con el tiempo. Cuando un patógeno se replica o hace copias de sí mismo, a veces cambia un poco, lo cual es normal. Estos cambios se denominan ‘mutaciones’. Un virus con una o más mutaciones nuevas se denomina ‘variante’ del virus original”, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Ahora bien, no todas las mutaciones son motivo de alarma. La misma OMS tiene criterios establecidos para determinar si una variante debe ser considerada de “interés” o de “preocupación”. 

Si el genoma presenta alguna variación respecto a la versión anterior y es identificada como responsable de transmisión comunitaria en algún lugar, recibe la etiqueta de “interés”.

Por el contrario, se considera de “preocupación” si  alguna de las mutaciones representa un desafío para la salud pública a nivel mundial. Para ello, la OMS tiene tres criterios:

En caso de que alguna variante responda afirmativamente a alguna de las tres preguntas anteriores, automáticamente se convierte en una mutación de preocupación. Hasta el momento, la OMS ha denominado así a tres variaciones. Aquí te decimos cuáles son. 

Variante Alfa

Originalmente conocida como “variante Británica” al detectarse por primera vez en septiembre del 2020 en el condado de Kent, en Reino Unido, su nombre científico es B.1.1.7. El Servicio de Salud Pública Inglés ha apuntado que hay evidencia de que Alfa sería un 50% más contagiosa que la versión referencia del coronavirus, además de ser probablemente más letal. 

Una publicación en la revista científica bioRxiv planteó que la veloz propagación de B.1.1.7 obedece a su capacidad para sortear la primera línea de defensa inmunológica del cuerpo humano. 

«Es algo impresionante. Cualquier virus exitoso tiene que ir más allá de esa primera línea de defensa y, cuanto mejor pueda hacerlo, mayor será su propagación«, detalló Maudry Laurent-Rolle, viróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale para The New York Times.  La variante Alfa se ha detectado en más de 160 países en la actualidad. 

Variante Beta

Hallada en Sudáfrica, la variante B.1.351 también conocida popularmente como “Beta” presenta modificaciones vinculadas con el escape inmunológico y una mayor transmisibilidad que la versión original del coronavirus. 

Especialistas también han observado que B.1.351 tiene capacidad para neutralizar el tratamiento con anticuerpos monoclonales duales desarrollados por la farmacéutica Lilly, una de las terapias más prometedoras contra la COVID-19. La variante también ha demostrado poder reinfectar a personas que ya habían atravesado la enfermedad, así como a quienes ya habían recibido su esquema de vacunación completa. 

No obstante, los estudios no han podido concluir que Beta produzca una enfermedad más severa o incremente la letalidad del coronavirus. 

Variante Gamma

Catalogada como P.1, la variante identificada originalmente en Brasil fue la causante del severo brote que atravesó el país sudamericano a inicios del año, cuando se observó una saturación importante de su  sistema sanitario, con un incremento sustancial en las hospitalizaciones y fallecimientos. 

Las alarmas saltaron a finales de 2020 cuando la ciudad brasileña de Manaos sufrió una segunda ola de COVID-19 causada por Gamma, a pesar de que hasta tres cuartas partes de su población habían mostrado tener anticuerpos contra el virus tras sufrir el primer brote de la enfermedad meses atrás. 

Estudios preliminares indicaron que P.1 tiene una mayor capacidad de diseminación que sus versiones predecesoras, además de poder sortear la inmunidad otorgada por infecciones previas..

Variante Delta

La última en ser añadida a la lista de variantes de preocupación por la OMS, Delta (B.1.617.2) fue encontrada por primera vez en la India cuando el país asiático padeció una oleada dramática de casos, hospitalizaciones y muertes por el coronavirus. 

Estudios han concluido que la variante Delta es hasta 60% más transmisible que la variante Alfa, que a su vez ya alarmó a las autoridades sanitarias por tener una mayor capacidad de transmisión que el linaje original del SARS-CoV-2.

Científicos encontraron mutaciones en la proteína S, utilizada por el virus para  ingresar e infectar a las células. Algunas de estas variaciones han aumentado el poder de transmisibilidad del patógeno. 

Aunque hay evidencia de que B.1.617.2 podría escapar la inmunidad dada por las vacunas, estas todavía no son concluyentes. Tampoco hay consenso entre si causa una mayor letalidad que el coronavirus original, aunque estudios británicos apuntan a que sí. 

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