Que la pandemia por COVID-19 es posiblemente el acontecimiento individual más perturbador en décadas no exime que no haya sido un evento identificable y previsible, sostiene Claudia Quirós, CEO de la firma Orâkolo Think Foresight y experta en Tendencias Globales (es International Certified Future Strategist).
No obstante, la coyuntura actual ha evidenciado la necesidad de los países de desarrollar una resiliencia evolutiva, lo que la especialista define como la capacidad de todo un sistema para preparar, cambiar, adaptarse y transformarse en un escenario donde no se concibe un retorno a la normalidad.
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“Tenemos grandes desafíos por delante que irán más allá del tema económico; desafíos sanitarios y climáticos que seguimos postergando y que son prevenibles si actuamos hoy, pero quizá el más importante es lograr una equidad de 360 grados, un futuro para todos donde no se excluya a nadie”, menciona.
No obstante, sugiere que para lograr lo anterior se requerirá del involucramiento de todos los actores sociales: gobierno, iniciativa privada, sector educativo y ciudadanos. ¿Pero qué es lo que sigue?
Las prioridades obligadas del gobierno
En el caso particular de México, que ligará entre 2019 y 2020 dos años seguidos con disminución en su Producto Interno Bruto (PIB), la especialista identifica áreas de oportunidad y desafíos para fincar las bases para una década próspera en el país.
Quirós enfatiza que las políticas públicas adoptadas por el Gobierno Federal deben ir encaminadas a lograr bienestar y movilidad social, además de impulsar un desarrollo sustentable. Para ello identifica cuatro ejes:
- Prosperidad compartida: lograr sistemas económicos, sanitarios y sociales cohesivos, inclusivos y resilientes.
- Catalizar la cooperación global y regional para el desarrollo sostenible.
- Better Business: acelerar la transformación y el crecimiento empresarial responsable.
- Acelerar las soluciones inteligentes para alcanzar el desarrollo sustentable a través de las innovaciones tecnológicas.
No obstante, considera que hay iniciativas del Gobierno Federal que parecen ir en contra de estas directrices. Una de estas es la apuesta decidida por la generación de combustibles fósiles en detrimento del impulso a las energías limpias.
En este sentido, Quirós señala que uno de los factores que determinan la competitividad de un país es el Future Readiness, que alude al nivel de preparación y velocidad de un país para aprovechar la transformación en cualquier ámbito (en este caso, el de las nuevas energías).
“Si entendemos que la próxima crisis tiene que ver con los daños al planeta, los cuales son la razón de la transformación energética, pero no hacemos nada al respecto, mermará drásticamente nuestra resiliencia y competitividad”, expresa. “Además, esto va relacionado a la transformación de otros sectores industriales que hoy son el pilar económico en muchos estados del país, como la industria automotriz, la cual se guiará por las nuevas regulaciones y demandas del mercado”, advierte la CEO de Orâkolo .
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