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¿Crecimiento es igual a empleos productivos y bien pagados? Quizá no

El crecimiento económico es condición indispensable, pero no suficiente, para producir empleos productivos, innovadores y bien pagados. En noviembre de 2015, el INEGI presentó los resultados del Producto Interno Bruto por Entidad Federativa 2014, que informan cuánto aportan los estados a la economía del país y cuánto crece cada uno.

Los tres estados que más crecieron fueron Aguascalientes (11.3 por ciento), Querétaro y Guanajuato. Bajo cualquier indicador es un resultado espectacular; pero si lo es, ¿por qué no se refleja en el crecimiento del ingreso por persona o en una mayor trascendencia de Aguascalientes en la economía nacional o en los salarios?

En la entidad, la industria automotriz y de autopartes representa más de 36 por ciento del PIB estatal, el porcentaje más elevado entre los quince estados que tienen esta industria en México, lo cual refleja la bajísima diversificación de la economía local. Y esto genera problemas en una perspectiva de mediano y largo plazo.

Primero, en materia de empleo. Si bien el sector automotriz representa 36 centavos de cada peso, solo genera 8 por ciento del empleo, principalmente porque sus procesos demandan menos mano de obra. En consecuencia, el salario es impactado: el ramo automotriz representa 27 por ciento de las remuneraciones totales de la entidad, pero estas, medidas por el salario medio de cotización del IMSS, están 15 por ciento por debajo de la media nacional.

Segundo problema, Aguascalientes sigue aportando al PIB del país lo mismo que en 1998: 1.2 por ciento. Las razones son varias, pero una de ellas es que el valor de lo producido es bajo.

Un ejemplo. En Silicon Valley se crearon 58,000 empleos el año pasado y llegaron 42,000 nuevos residentes. El trabajador medio de Silicon Valley generó 50 por ciento más de producción por año que el trabajador medio de EUA y es dos veces más probable que sus inmigrantes tengan un título universitario. Además, concentra a los ingenieros más calificados del mundo, las mejores empresas y algunas de las mejores universidades del planeta. Todo ello explica que el valor de su producción sea el más alto de EUA y su PIB per cápita sea el tercero a nivel global. Moraleja: el nombre del juego ya no es solo crecer, sino crecer de manera competitiva, productiva y con muchísimo valor agregado.

El tercer dato es que aun cuando Aguascalientes fue el primer lugar en crecimiento en 2014, su PIB per cápita es el décimo a nivel nacional, con 11.715 dólares. ¿Por qué? Probablemente porque el tipo de empleo que crea no es de alto valor agregado y, por ende, el promedio salarial es mucho menor. También no produce suficientes bienes y servicios, por lo cual al dividir su valor entre el número de habitantes, le corresponde menos a cada uno.

Una encuesta reciente muestra que la segunda demanda de los aguascalentenses son los bajos salarios, pero los salarios no se pueden aumentar por decreto, sería una trampa. Carlos Elizondo Mayer-Serra ha explicado esto muy bien: “hoy en México el salario mínimo no lo gana casi nadie. En 1984, 18.66% de los hogares tenían ingresos totales por un salario mínimo o menos; en la actualidad, son sólo 1.84% de los hogares. En cambio, los salarios contractuales han tenido una evolución muy distinta a los del mínimo. De 1998 a 2008 los salarios contractuales crecieron en términos reales 275%, y el mínimo decreció 9.24%”. Según Elizondo, si se aumenta el salario por decreto el impacto sería marginal.

En consecuencia, lo que se debe hacer es seguir creciendo, pero también producir más, aumentar el valor agregado y fomentar que la productividad por trabajador se eleve. Si se quieren generar empleos valiosos y bien pagados, no hay otro camino.

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