Por Antonio Martín del Campo. Chairman 02X México y Venture Studio
“Las palabras del año pasado pertenecen al idioma del año pasado. Y las palabras del próximo año esperan otra voz. Y hacer un fin es hacer un comienzo”. T.S. Eliot
Peter Drucker es considerado como el mayor filósofo que dejó el siglo XXI en materia de management. Una de sus frases más célebres decía: “si quieres algo nuevo, debes dejar de hacer algo viejo” y, claro, los negocios están perfectamente diseñados para arrojar los resultados que presentan, y es que muchos de los negocios y empresas, aunque conscientemente los emprendedores no los diseñan ex profeso para los resultados actuales, el no diseño también es un diseño es sí mismo.
Y es que no todo es acción en la vida de un emprendedor o dueño de un negocio, la reflexión y el análisis debe ser una de sus principales funciones al querer migrar de fundador a director general. Dicho esto, el cambio en sí mismo no representa una garantía de éxito. En el transcurrir de los meses, y ya no decir de los años, las empresas mutan, es por ello que es importante analizar los factores que impulsaron el éxito en los primeros días y descubrir cuáles principios aún hacen sentido y se pueden aplicar al negocio actualmente.
Y es que al iniciar y crecer un negocio la experiencia importa. Al respecto, una nueva investigación realizada por una de las universidades con mayor prestigio en el mundo arrojó que las empresas que crecen su negocio o emprenden uno nuevo superan a sus contrapartes novatas en ventas y productividad, los resultados de este estudio disipan la máxima casi revestida de hierro que subraya el fracaso como el núcleo y el precursor necesario del éxito: “El fracaso no es esencial”, señala el autor del estudio.
De hecho, 84% de los emprendedores con más de una compañía continúa operando su primer negocio exitoso después de abrir su segundo. “Puedes aprender algo del fracaso, pero no es necesariamente importante para el éxito. Nosotros, de hecho, encontramos lo contrario”, señala el autor. Es por ello que analizar los factores que impulsaron el éxito es mucho más importante que poner atención en aquello que no funcionó en el pasado.
Regresando a los primeros días del éxito del negocio, sin duda, uno de los factores que permitieron su crecimiento fue el pequeño tamaño de la empresa, en la medida en que el negocio crece, la complejidad del mismo exige nuevas habilidades y herramientas a los fundadores y a sus colaboradores más cercanos. En el principio, los generalistas, o por mencionarles coloquialmente los “todólogos”, fueron el alma y el motor de la empresa conforme ésta iba tomando más tracción, sus habilidades deben de mutar hacia la especialización.
Un siguiente factor que el emprendedor tiene que evaluar al crecer son sus redes personales. Cuando recién comenzó su emprendimiento, sus contactos, generalmente los amigos, la familia y uno que otro buen samaritano, le ayudaron a encontrar clientes y darse a conocer en su región y en su industria. Sin embargo, en la medida en que su negocio creció, se volvió más difícil mantener las redes informales en las que confiaba ya que éstas, por definición, son finitas.
La mejor manera de mantenerse actualizado y no perder el pulso del mercado es dedicar algo de tiempo y esfuerzo a la creación de redes y a la búsqueda de mentores de primer nivel. Contar con la humildad para reconocer que no se puede jugar, sólo es uno de los primeros pasos para reinventarse y dejar lo viejo de lado, apoyarse en estos grupos para que te informen sobre lo que está sucediendo en la industria o, aún mejor, en varias industrias, puede ser el primer paso para desarrollar nuevas ventajas competitivas, ventajas que pueden ser la diferencia para responder rápidamente a los nuevos desafíos del mercado.
De regreso al futuro
A medida que siga creciendo tu negocio, encontrarás que muchas de las lecciones que aprendiste al principio son aplicables por segunda vez, aunque es importante diferenciar la paja, porque no todas aplican igual. Lo más probable es que si te sientas y miras lo que originalmente impulsó tu éxito, puedes encontrar una serie de otros principios para aplicar a tu negocio hoy. Sin embargo, hagas lo que hagas, no dejes que tu pasado o tu presente te pesen: para construir una empresa que sea realmente vital, creativa y ágil, debes pensar con flexibilidad y siempre abierto al cambio, sin olvidar los fundacionales de tu receta secreta.
Y, por último, recuerda cómo has aprovechado las oportunidades para que tu negocio esté donde se encuentra, y es que las oportunidades están en todas partes. Si últimamente las estás rechazando, significa una de dos cosas: o necesitas estrechar nuevas manos o debes cambiar tu enfoque en el aprovechamiento de nuevas redes de negocio. «Las palabras del año pasado pertenecen al idioma del año pasado. Y las palabras del próximo año esperan otra voz», pero sin olvidar qué fue lo que funcionó la primera vez.