En un contexto educativo donde los modelos tradicionales siguen dominando, Nuevos Horizontes Global School ha apostado por una pedagogía distinta, basada en el Reggio Emilia Aproach. Inspirada en el trabajo del pedagogo italiano Loris Malaguzzi, esta propuesta rompe con la estructura convencional del aprendizaje y coloca a los niños en el centro del proceso educativo.
Cada año, la escuela organiza dos eventos clave que reflejan este enfoque: Expo Reggio y Horizontes Narra. El primero es una exposición donde los alumnos presentan proyectos basados en la investigación y la exploración de temas que surgen a partir de sus intereses. El segundo es un encuentro dedicado a la literatura infantil, donde las familias participan en actividades diseñadas para estimular la imaginación y la creatividad.
Para Verónica Gutiérrez, directora de la institución, estos eventos no son actividades aisladas, sino parte de un compromiso más amplio con una educación que busca hacer visibles los pensamientos y aprendizajes de los niños.
“No es un método, es una filosofía educativa. En el enfoque Reggio Emilia, el aprendizaje se construye a partir de lo que los niños observan, sienten y expresan. Aquí no trabajamos con moldes ni estructuras rígidas. Todo parte de sus intereses y de su contexto”, explica.
Expo Reggio: aprendizaje basado en proyectos
Expo Reggio es la expresión más clara de cómo el enfoque Reggio Emilia se implementa en Nuevos Horizontes Global School. A diferencia de las exposiciones tradicionales, donde los niños presentan trabajos terminados, este evento pone énfasis en el proceso de aprendizaje.
Cada aula se convierte en un espacio de investigación donde los alumnos explican a sus familias cómo han explorado un tema a lo largo de varias semanas. No hay cartulinas con información resumida ni exposiciones memorizadas. En su lugar, hay registros gráficos, dibujos, esculturas y fotografías que documentan el camino que siguieron para llegar a sus conclusiones.
Este año, los proyectos abarcaron desde el estudio de fenómenos naturales, la luz y el color, hasta la exploración de animales marinos y el universo. En cada caso,
los niños utilizaron diferentes lenguajes para representar lo que aprendieron: pintura, modelado, escritura y experimentación sensorial.
“Los niños son investigadores. No se les dice qué aprender, sino que se les da el espacio para descubrirlo”, señala Gutiérrez.
Además, en Expo Reggio se evita la reproducción mecánica de contenidos. En lugar de seguir un programa predeterminado, los maestros adaptan los aprendizajes esperados del currículo oficial a los intereses que los propios alumnos expresan en el aula.

“Es un modelo que requiere que los maestros sean investigadores también. Su trabajo es observar, documentar y guiar sin imponer respuestas. Eso no es fácil cuando vienes de un sistema donde el rol del maestro es dar instrucciones”, comenta la directora.
Horizontes Narra: la literatura como experiencia sensorial
Si Expo Reggio se enfoca en el aprendizaje a través de proyectos, Horizontes Narra busca acercar a los niños a la literatura de una manera distinta. Inspirado en el evento Reggio Narra de Italia, este encuentro involucra a las familias en actividades diseñadas para que la lectura y la narración sean experiencias vivenciales.
Durante el evento, los niños y sus padres participan en dinámicas como la construcción colectiva de cuentos a partir de imágenes al azar, la proyección de cortometrajes y el teatro de marionetas. También hay talleres de ilustración y actividades interactivas que buscan estimular la creatividad.
“La literatura no es solo leer libros, es imaginar, crear y contar historias”, dice Gutiérrez. “Queremos que los niños vivan la literatura, no que la vean como una tarea escolar”.
Cada año, las actividades cambian, pero algunas dinámicas han permanecido debido al impacto que generan en los participantes. “Arma tu cuento”, por ejemplo, es una de las favoritas: los padres toman tarjetas con dibujos realizados por los niños y deben improvisar una historia en conjunto.

“Es un ejercicio de imaginación que siempre sorprende. No importa cuántas veces lo hagamos, siempre salen historias nuevas”, explica la directora.
El reto de adaptar Reggio Emilia a México
Implementar la filosofía Reggio Emilia en un contexto como el mexicano no ha sido un proceso sencillo. A diferencia de Italia, donde este enfoque nació en la posguerra con un fuerte componente comunitario, en México las condiciones son distintas.
Uno de los primeros desafíos fue la infraestructura. En Reggio Emilia, las escuelas cuentan con espacios abiertos, grandes ventanales y materiales naturales que favorecen la exploración. En México, la mayoría de las escuelas tienen un diseño más convencional, con aulas cerradas y mobiliario estándar.
“No podemos replicar exactamente el modelo italiano, pero sí podemos tomar su esencia y adaptarla a nuestra realidad”, señala Gutiérrez.
Otro reto ha sido la capacitación de los maestros. En Reggio Emilia, el rol del docente es muy distinto al del sistema tradicional mexicano. Aquí, los maestros deben aprender a observar e interpretar lo que los niños expresan a través de diferentes lenguajes.
Para ello, Nuevos Horizontes Global School participa activamente con RedSolare, una organización que conecta a escuelas de México y América Latina con Reggio Children, el centro internacional ubicado en Reggio Emilia, Italia, que da continuidad a esta filosofía educativa. Gracias a esta vinculación, los docentes del colegio participan en congresos y programas de formación donde aprenden y desarrollan habilidades para trabajar bajo este enfoque.
Hacia una educación más visible
Más allá de lo que ocurre dentro del aula, la filosofía Reggio Emilia busca hacer visible el pensamiento infantil en la sociedad. Nuevos Horizontes Global School ya ha dado algunos pasos en este sentido.
Un ejemplo es el mural comunitario que los niños crearon como parte de un proyecto de asamblea y participación ciudadana. La obra, ubicada en un camellón cercano a la escuela, representa la importancia del diálogo para construir una sociedad más pacífica.

“El niño es un ciudadano desde el primer día. Tiene ideas, tiene derechos y tiene voz. Nuestro trabajo es asegurarnos de que esa voz sea escuchada”, concluye Gutiérrez.
Con eventos como Expo Reggio y Horizontes Narra, la escuela sigue apostando por un modelo educativo donde la infancia no es vista como una etapa de preparación para el futuro, sino como un espacio de pensamiento y creación en el presente.
La educación basada en Reggio Emilia no es una tendencia pasajera. Es un compromiso con la infancia que, en el caso de Nuevos Horizontes Global School, ya está generando un cambio real.
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