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¿Se está acabando la creatividad?

Dicen que la moda regresa. Lo hace incluso cuando ni en su primera versión era tan buena idea, como los populares y espantosos leggings, que ya fuera con blusotas estilo Flans en los 80’s o en esta década como intento de uniforme de equitación, no tienen nada rescatable.

Y es que parece ser que lo retro es lo de hoy y que eso empieza a traspasar las fronteras de la ropa y las fiestas temáticas, para colarse subrepticiamente en productos de consumo y el mundo del entretenimiento.

Para muestra, varios botones: Pepsi lanza de nuevo sus “Pepsilindros” (los primeros salieron hace 25 años); OV7 y Kabah están de gira juntos (OV7 debutó en 1987 como la Onda Vaselina mientras que Kabah se hizo popular a raíz de su participación en el concurso “Valores Juveniles” en 1994); un nuevo episodio en la saga Star Wars estará en las salas de cine en diciembre (el episodio IV se estrenó en 1977); en las tiendas de accesorios para celular puedes comprar un auricular de teléfono ochentero para tu iPhone e incluso hubo una temporada en la que el buscador más popular de internet te daba la opción de usar una versión vintage al escribir “Google en 1998” en la barra de direcciones.

¿Será que se nos está acabando la creatividad y por eso recurrimos a cosas que fueron exitosas hace varios años? ¿Acaso es verdad que los tiempos pasados fueron mejores? ¿Nos da tanta flojera pensar e innovar?

Supongo que en algunos casos la respuesta es afirmativa… Si no, no habría manera de explicar que nos estén amenazando con el regreso de Big Brother en septiembre próximo. Digo, tampoco es que se necesitara gran inspiración cuando hicieron la primera versión, pero al menos era algo relativamente original en 2001. Una nueva temporada catorce años después me hace dudar seriamente del futuro de la televisión, pero ese es un tema para otro momento.

En otras situaciones, recurrir al pasado puede ser una estrategia de mercadotecnia de más fondo para tratar recuperar un segmento perdido.

Tomemos como ejemplo a Pepsi: resulta curioso que una marca orientada a mostrar una imagen audaz, fresca y para gente joven (¿recuerdan aquello de “Generation Next”o “Pepsi es lo de hoy”?) y que se asociaba con celebridades como Michael Jackson, Beyonce o Britney Spears para diferenciarse de la siempre tradicional y clásica Coca Cola, sea la misma que recientemente ha decidido apostar por las emociones y la nostalgia para reconectar con unos consumidores que, ahora que han crecido, quizá ya no se sienten tan identificados con ella como antes y por tanto se inclinan peligrosamente hacia el producto de la competencia que antes les parecía aburrida.

Quizá los Pepsilindros sean el medio para intentar relacionarse de nuevo con ese público que sonríe cuando lee artículos del estilo “Las 20 cosas con las que creciste si fuiste niño en los 90’s” y que recuerdan las botellas decoradas con personajes de los “Looney Tunes”. Sin embargo, resulta confuso que en lugar de ser consistentes con la época que intentan revivir en su campaña, al traerlos de vuelta utilicen un diseño y logotipo cincuentero. Se entiende que tal vez no les sea posible utilizar a los populares muñequitos por un asunto de licencias, pero pudieron preparar un diseño más acorde a esos años porque un doble salto en el tiempo con el mismo artículo quizá sea esperar demasiado de un promocional.

En todo caso, surge una nueva pregunta: si le están apostando a los jóvenes de los ochenta y noventa ¿qué pasa mientras con los de esta generación, con quienes están dejando de hablar? ¿Los atenderá otra marca o se portarán como unos buenos consumidores y esperarán pacientemente a que pase la calentura de lo retro para que les pongan atención otra vez?

Supongo que el tiempo nos dirá. ¿Ustedes qué piensan?


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