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COVID-19: ¿Una oportunidad para la industria automotriz mexicana?

Es claro que la pandemia del COVID-19 está afectando a la industria global, aunque aún son poco predecibles sus efectos a mediano plazo. Wuhan, la ciudad donde surgió este virus, en la provincia de Hubei en China, puede anticiparnos el cambio profundo que viviremos en el tablero de la industria manufacturera a nivel mundial. El gigante asiático puede perder el dominio debido a los cambios en la cadena de suministro global por la irrupción del patógeno en su territorio.

La pregunta es: ¿México puede tomar su lugar? ¿Puede sacar provecho de esta situación la industria automotriz nacional?

Shehzad H. Qazi, director de China Beige Book International (la mayor plataforma de datos e información de la economía y el mercado chino), dijo para la revista Barron’s que el aspecto más aterrador de esta crisis no es el daño económico a corto plazo, sino la posible interrupción duradera de las cadenas de suministro, con las industrias manufactureras automotriz, química, farmacéutica y electrónica como las más afectadas. Lo anterior puede encaminar a que diversos corporativos decidan trasladar sus plantas a otros países.

Un artículo escrito por el periodista Kenneth Rapoza de Forbes advierte que tras la coyuntura actual no se percibe que China pueda seguir siendo el fabricante mundial de bajo costo. Si bien reconoce que la guerra arancelaria entre Estados Unidos y el gigante asiático parece llegar a un final positivo, “el coronavirus demuestra cómo una dependencia excesiva en China es perjudicial para los negocios”.

Rapoza sostiene que México apunta a ser el gran beneficiado. Su proximidad con Estados Unidos y el deseo del presidente López Obrador de impulsar la economía del país pueden ser factores que conduzcan a que México levante la mano para competir contra China por ser el principal hub manufacturero del mundo.

En este sentido, el articulista cita la Encuesta de Comercio Internacional y Tendencias en México del despacho jurídico Foley & Lardner LLP, en la que entrevistaron a más de 160 ejecutivos de empresas de todos los sectores. Los resultados revelaron que los altos mandos de empresas provenientes de las industrias automotriz y tecnológica manifestaron interés de trasladar sus negocios a México en un plazo no mayor a cinco años.

Cuitláhuac Pérez Cerros, presidente del clúster automotriz Grupo MAEN, coincide en la postura anterior, al señalar que hay una ventana de oportunidad para México de impulsar la industria manufacturera en el país y fortalecer el mercado interno:

“Varias trasnacionales están comenzando a decirle adiós a las inversiones para traerlas a México, incentivados principalmente por el costo de mano de obra. La oportunidad crece por el impacto financiero que tuvo el coronavirus al congelar el envío de componentes de varios sectores, no solo del automotriz que es el más notorio a nivel global, sino del electrónico; productos de línea blanca, electrodomésticos, entre otros”.

El empresario señala que la coyuntura actual también representa una oportunidad bastante grande para que México alce la mano como creador de tecnología y se consolide como uno de los principales fabricantes de componentes para cualquier industria; sin embargo, se lamenta al considerar que quien sacará provecho de las situación serán las empresas extranjeras, que moverán sus líneas de producción a nuestro país para su maquilación.

Coyuntura para el sector automotriz ante el T-MEC

Las interrupciones en la cadena de suministro del sector automotriz por el cierre de numerosas plantas en China supone una oportunidad para fortalecer la cadena de proveeduría nacional y cumplir las reglas de contenido regional establecidas en el T-MEC, sostiene Manuel Nieblas, socio líder de Productos Industriales y Manufactura en Deloitte México.

“Aún cuando hay un periodo de transición para el cumplimiento de las nuevas reglas, pasar del 62.5 al 75 por ciento de contenido regional es un desafío importante que la mayoría de las armadoras en México no cumplirían si hicieran la evaluación hoy. Por eso la importancia de tratar de modificar su cadena para alcanzar mayor contenido regional”.

Sostuvo que ante la crisis sanitaria actual, aquellas empresas automotrices menos vulnerables a resentir el impacto de la epidemia del coronavirus son aquellas que han desarrollado una cadena de proveedores en el país que no tienen tanta dependencia del mercado asiático, particularmente de naciones como China o Corea del Sur.

Un reportaje publicado por The Wall Street Journal también sugiere que México podría ser el “lógico ganador” ante la posibilidad de que las empresas estadounidenses decidan trasladar sus fábricas lejos de China con el objetivo de estar más cerca del país norteamericano.

Sin embargo, este hipotético escenario merece cautela, pues hay varios factores que podrían limitar esta oportunidad. Entre ellas, destaca la volatilidad en la administración de Donald Trump, la incertidumbre generada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la violencia que azota México, señala el medio norteamericano.

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