Costanzo, la legendaria marca potosina de chocolates, ofrece sus productos en la ciudad. Aun cuando se generan en el estado vecino, han sido incorporados al gusto zacatecano con ayuda de Luis Arturo Estrada, un empresario con excelente visión para los negocios. Vivir en San Luis Potosí le permitió el conocimiento de la marca, pero fue hasta que volvió a la capital zacatecana cuando surgió la idea de fusionarlas:
“Estando de visita en la ciudad comentábamos la oportunidad de invertir en un mercado relacionado a la actividad turística. Se presentó a la par la oportunidad de un local frente a Catedral y, sin más, se nos vino a la mente los Chocolates Costanzo, marca que no tenía una tienda directa en el estado. Afortunadamente los actuales dueños nos consideraron y vieron muy viable nuestra propuesta”.
Más que un lugar emblemático
El sabor de Costanzo es el mismo desde hace 90 años, lo que garantiza a los clientes una experiencia diferente. Se trata de un acercamiento a una variedad de sabores de tal calidad, que termina convirtiéndose en una excelente opción para compartir como regalo, debido a su accesibilidad y presentación estética:
“En las fechas importantes como cumpleaños, bautizos, graduaciones, día del amor y la amistad, día de la madre, día del padre, navidad, o simplemente por darte un gusto o un detalle, vamos a estar presentes”.
La recepción de zacatecanos y turistas fue cálida. Primero como novedad y luego por convicción, los clientes han constatado que no importa cuando asistan, siempre conseguirán los mismos sabores que percibieron la primera vez. Acto que ha motivado la apertura de una sucursal:
“Gracias a la preferencia de la gente y debido a la complejidad de la circulación, estacionamiento y tiempo que requiere trasladarse al centro, nos acercamos a los clientes locales y foráneos, aperturando el nuevo establecimiento en los límites de Guadalupe y Zacatecas”.
Ahora, Costanzo no sólo es un referente para los consumidores, sino que es un espacio que contribuye al desarrollo económico de Zacatecas, que cumple con sus obligaciones como comercio establecido y genera empleos. Según menciona Estrada, su visión asegura una atención óptima y un servicio inconfundible, siempre buscando “aportar un granito de azúcar para endulzar la vida de las personas”.