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Construyendo los cimientos de la minería del futuro: Jaime Lomelín

En el mundo de la minería existen figuras que han logrado trascender y generar cambios contundentes para el desarrollo de esta industria dentro del país. Jaime Lomelín es un nombre que resuena y trae consigo el peso de la transformación que, a día de hoy, sigue trazando nuevos caminos.Aunque oriundo de la Ciudad de México, su talento llegó hasta Zacatecas y constituyó un espacio en el que pudo desempeñar parte de su trayectoria profesional.

Lomelín es ingeniero químico por la UNAM con Mención Honorífica, también cuenta con formación en la Universidad de Wisconsin, en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), así como en el Programa Ejecutivo de la Universidad de Stanford. A partir de sus habilidades y el amplio panorama de conocimientos que ha adquirido (y sigue adquiriendo), se forjó su paso por la industria minera en México.

Sus primeros pasos dentro de la industria minera los dio como subdirector del área de nuevos proyectos en Peñoles, donde fue responsable de investigación de mercados, investigación técnica y planeación. Con una gran carga de responsabilidad sobre sus hombros, logró resultados óptimos que, más tarde, lo llevaron a desempeñarse en diversas áreas dentro de la empresa.

Entre los puestos en los que se desempeñó se encuentran: subdirector de la División Química, como responsable de operaciones y más tarde como director; posteriormente fue nombrado como director de la División Química-Metalúrgica. Su legado como director general dentro de la empresa ha sido inigualable.

“Tuve la fortuna de que cada cuatro años me cambiaban de puesto en la empresa. Esto me sirvió mucho porque cuando se tuvo la oportunidad de acceder al puesto de Dirección General, era uno de los más preparados porque tenía un conocimiento amplio de la empresa. Así fue como llegué a ser director general de Peñoles en 1987, ejerciendo el puesto por 25 años”.

25 años de crecimiento

La dirección general de Jaime Lomelín trajo consigo un importante crecimiento para la empresa, mediante el desarrollo de diverso proyectos, la consolidación de varias minas, cierre de minas pequeñas y desinversión en negocios no estratégicos tales como: las minas de florita, refractarios y la mina de sulfato de sodio en España.

Participó en la escisión del área de metales preciosos de los metales base, lo que constituyó a Fresnillo Plc como minera de metales preciosos, la cual se listó en Londres, lo que permitió dar un mayor valor a los accionistas. Por supuesto, todo esto se logró gracias al gran apoyo y orientación de su Consejo y de Grupo Bal.

Durante este periodo, el ingeniero reconoce que hubo muchas posibilidades de diversificar la empresa, sin embargo, las decisiones que se tomaron fueron guiadas por seguir mejorando dentro del área y negocio ya conocido. De esta manera, los grandes cambios que se tuvieron, dieron resultados positivos:

“El cambio y todo lo hicimos un equipo muy grande de personas que participaron y siguen participando. Fue un equipo en el que todos participamos, todos aprendimos, cometimos errores y mejoramos”.

En este sentido, parte de sus tareas diarias como director general era el manejo de recursos humanos, lo cual considera la parte más importante de los negocios, ya que son las personas los agentes capaces de lograr los cambios que se requieren para las necesidades y contextos cambiantes.

En su gestión, se abrió la mina Bismark, además de que la empresa inició su camino en la exploración de oro, con lo cual se puso en marcha la mina La Herradura. Otro de los proyectos que impulsó fue la mina en Ciénega, Tizapa y Madero, así como la primera parte de Saucito, en el distrito Fresnillo, entre muchas otras.

“Los cambios más importantes en la minería son los tecnológicos, así como los que se han dado en el aspecto de salud, seguridad y las operaciones en armonía con el medio ambiente. Es necesario tener un equilibrio entre el desarrollo económico, desarrollo social y cuidado del medio ambiente que es en suma el desarrollo sustentable”, apunta.

Su impacto en Zacatecas

Jaime Lomelín es el actual presidente del Clúster Minero de Zacatecas (Clusmin), a partir del cual, entreteje las bases del futuro minero e industrial de la entidad. Apunta que dentro de este organismo se tienen dos principales objetivos: atraer proveeduría a las minas y el segundo, el desarrollo de talento.

“Estamos desarrollando una nueva cultura industrial en Zacatecas. Al momento que se agoten las minas, en Zacatecas se va a quedar una sociedad industrial capaz de exportar bienes y servicios en lugar de pueblos fantasma”.

A partir de la conjunción entre proveedores y clientes, que comparten las mejores prácticas, la operación minera se ha fortalecido de manera considerable y se ha generado un desarrollo tanto para unos como para otros, siempre buscando la productividad. Además, para seguir reforzando y hacer crecer las oportunidades, se mantienen en un constante desarrollo de talento, para crear gente capaz de manejar las empresas del futuro.

En cuanto a las empresas, se busca que las ya existentes crezcan y se diversifiquen, se profesionalicen en su administración y en aspectos técnicos, para que puedan ser competidores mundiales. Para llegar a este punto, reafirma que la capacitación es la única vía para obtener resultados.

“En el Clusmin, conviven tanto clientes y proveedores como socios estratégicos. Ambos se fortalecen, se crea una economía colaborativa en la que ambos se benefician. Todos ganan y todos crecen”.

La interminable ruta del conocimiento

Tras culminar sus 25 años como director general de Peñoles/Fresnillo, el licenciado Don Alberto Baillères —presidente del Grupo Bal— extendió una invitación al ingeniero Lomelín para incorporarse al grupo de directores corporativos de Bal. Este conglomerado, además de las empresas mineras, controla el Grupo Nacional Provincial, Profuturo, Petrobal, Elecrobal y Palacio de Hierro (entre otras compañías).

Como Director Corporativo, Jaime Lomlín participa en los Consejos y Comités Ejecutivos de las empresas del Grupo Bal, así como en la Junta de Gobierno del ITAM.

Esto le ha permitido diversificar su conocimiento hacia otras áreas y estar en constante aprendizaje. Todos los días aprendo cosas nuevas, esto nunca se acaba”. Jaime Lomelín ha cosechado los frutos de sus buenos hábitos, entre los que se encuentran el ejercicio diario, una dieta sana, la lectura y gozar a su familia.

“Tengo la fortuna de que, desde mi posición, veo muchos otros negocios que en mi vida nunca pensé involucrarme. Hay que seguir estudiando y aprendiendo. El que deja de pedalear se cae”.

Al día de hoy, los proyectos y múltiples actividades siguen formando parte de su día a día. Las ideas siguen constituyendo parte de su rutina. Con su vasta experiencia y participación en diversos organismos, ha recibido múltiples reconocimientos como:

Todo ello además de participar activamente en asociaciones empresariales como IMIQ, ANIQ, CAMIMEX, así como en la Fundación UNAM y en el Patronato de la Facultad de Química de la UNAM.

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