- Platicamos con los estudiantes que irán a Facebook. Sí, necesitaron matemáticas para lograrlo.
No es extraño que a Carolina Delgadillo, una chica de 19 años, le guste ver series y películas. Tampoco que a Eric Valdivia, de 22, le apasione el tenis. Lo que sí es extraordinario es que en dos meses, este par estará trabajando en Facebook, una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo y de paso, su red social favorita.
El brinco no fue fortuito, para que estos chicos fueran seleccionados tuvieron que pasar muchas cosas. Algunas tienen que ver con su increíble habilidad en las matemáticas y otras con la insistencia de sus maestros para desarrollar su talento.
Carolina y Eric estudian la ingeniería en Inteligencia Artificial, en el campus Bonaterra de la Universidad Panamericana, pero se conocieron hace años, mientras entrenaban para participar en las olimpiadas de matemáticas e informática.
Ambos comenzaron desde pequeños –él en sexto de primaria, ella a principios de la secundaria– y tuvieron un mentor en común, Óscar Dávalos, a quien reconocen como su influencia más importante y quien actualmente es profesor del campus.
Durante doce semanas, los chicos trabajarán de tiempo completo en las oficinas de Facebook, ubicadas en Silicon Valley, San Francisco. Hasta el momento, lo único que saben es que serán tratados como cualquier empleado de la empresa y que se integrarán a un proyecto relacionado con sus intereses.
Cómo sucedió todo
La incertidumbre de si serían reclutados para la pasantía duró una semana. Eric revisaba constantemente su correo a la espera de una respuesta y Carolina pensaba que no pasaría las entrevistas. No sabían que la llegada de ese momento le tomó al director de su carrera, Juan Carlos García Sánchez, casi medio año de trabajo.
Después de varios meses de buscar un enlace con Facebook, el director fue contactado por el área que se dedica al reclutamiento entre la empresa y universidades de Latinoamérica. Le dijeron que solo cinco personas en todo México habían logrado mantenerse en el proceso de selección pero, en general, el país no figuraba mucho.
La empresa solicitó personas con un alto conocimiento en matemáticas y algoritmos. Juan Carlos, quien conoce bien a sus estudiantes, escogió a los ocho que coincidían con el perfil. Cuando le preguntan qué vieron los reclutadores en Eric y Carolina, responde: “Que son extraordinarios en matemáticas.”
En este verano ellos son los únicos que harán la pasantía, pero para el resto, aún hay esperanza: otros dos podrían ser seleccionados en seis meses. El director de la carrera está convencido de que el rechazo es una lección positiva para los estudiantes, los lleva a prepararse mejor y no darse por vencidos, siempre con el consejo de sus maestros.
“El haber sido entrevistado por una de las mejores empresas del mundo, cambia tu perspectiva. A partir de ahí, tu techo lo pones más alto”, dice Juan Carlos.
Qué esperan de Facebook
No será la primera vez que Eric viaje al extranjero. Durante un verano estuvo trabajando en las oficinas de Microsoft, en Seattle, por parte de un programa de su universidad. Para Carolina, será la primera vez que pise otro país, situación que la pone un poco nerviosa, pero tampoco la abruma. “Siempre puedo pedir ayuda”, dice con seguridad.
Los dos chicos esperan que la empresa los coloque en un proyecto que se relacione con la inteligencia artificial pues, a fin de cuentas, a eso se dedican. Cuentan que quieren aprender cosas que no enseñan en la escuela: la forma real en que trabaja un equipo de desarrolladores, cómo conviven y qué herramientas –desconocidas para ellos– utilizan. Y de paso, hacer amigos de otros países.
Eric confía en que una compañía como Facebook –con la cantidad de información que maneja– les permitirá hacer un verdadero impacto, cree que al tener una plantilla menor de trabajadores que Microsoft, es posible hacer cosas diferentes.
El viaje
“Las oportunidades allá (en Estados Unidos), tristemente, son mejores que aquí. Me gusta mucho mi país y me gustaría quedarme por mis amigos y mi familia”, dice Eric cuando le preguntan si planea trabajar en otro país cuando termine la carrera.
A Carolina, que apenas cursa el cuarto semestre de la ingeniería, también le gustaría salir del país, aunque todavía no lo tiene muy claro.
Por el momento, ambos están ocupados lidiando con el acomodo de papeles, las entrevistas en medios y la emoción de sus familias, quienes se encargan de decirle a todos que sus hijos están a punto de irse a trabajar a Facebook.
Juan Carlos piensa que lograr el enlace con una empresa de ese tipo es algo importante, sobre todo para un estado que pocas personas fuera de México ubican;“ Aguascalientes es un nombre curioso para un norteamericano o un extranjero”, dice sonriendo, “pero nos voltearon a ver y saben que en el centro del país hay un lugar pequeño, donde hay gente que puede ser exportada a las mejores empresas del mundo”.