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Conflicto de intereses…

Parece que el término que está de moda es el de “Conflicto de intereses”. Parece que llegamos tarde, pero al menos llegamos, a introducir en la discusión como país el gran tema denominado conflicto de intereses.

Intereses los tenemos todos, pero antes vivíamos en el cinismo de ocultarlos (salvo algún santo que camine entre nosotros). Los mortales tenemos intereses, son parte de la vida.

El conflicto de intereses es algo que no es novedoso y es parte de la cultura de los países desarrollados. En México, esto es algo novedoso y es un gran avance.

Quienes sí han utilizado como un patrimonio político el legítimo interés son precisamente quienes lo usan para generar votos. Todas las personas que quieren a su país quieren tener una propiedad en él y, por lo tanto, hay un interés en su mejoría, por lo cual criticar que los individuos tengan interés es absurdo.

El problema no es usar los intereses en una campaña política, sino disfrazarlos para que parezca que los intereses del político son los mismos que se supone tienen los electores.

Seguramente en los discursos de campaña escucharemos: “He vivido toda mi vida entre ustedes, lo único que me interesa es que la… –Póngase el nombre del municipio, delegación o estado imaginado– prospere. Ustedes saben dónde vivo y de qué vivo.” Aquí vendrían los aplausos emocionados, trátese del color del partido que fuera. El pueblo emocionado diría: “¡Es de los nuestros!!”.

Cuando el político llega al poder nunca hace explícitos sus intereses, por lo cual al participar en la toma de medidas desde el poder regularmente prevalece el beneficio personal y no el de la ciudadanía. Esto es tener un conflicto de interés y debería de hacerse público.

Sin embargo, en México existe una falta de conocimiento sobre lo que es un conflicto de intereses y éste llega a presentarse prácticamente en todas partes. Lo mismo en la escuela donde se puede calificar el trabajo de un amigo o un pariente sin declarar el hecho o en los Consejos de Administración de las empresas, en los cuales se pueden tratar asuntos en los que un consejo tiene un interés particular.

Este es un primer paso de lo que debe ser un verdadero sistema anticorrupción, se requiere un fiscal que verdaderamente sea autónomo y no tenga… conflicto de intereses.

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