Para el zacatecano José Esteban Martínez, el acercamiento al arte se dio de manera paulatina y acertada, o en sus propias palabras, “afortunada”. Con formación como diseñador gráfico, no estuvo muy alejado de la aventura que inspira la creación. Antes de dedicarse a la pintura, ilustraba libros infantiles y algunas revistas, e hizo programas educativos para la televisión, en el primer estudio del estado, creado por él y varios colegas. La serie de eventos afortunados dan inicio en los ochentas, cuando un colega le muestra algunas ilustraciones para cuentos infantiles de la SEP a Jorge Manrique, quien entonces era Director del Museo de Arte Moderno y posteriormente, éste lo invita a exponer su obra en la Galería Tierra Adentro de Bellas Artes, a la cual acudió mucha gente.
Exponer una parte de sí para que sea contemplada por otros en un espacio solemne que da veracidad artística, es una experiencia que cambió su vida. A raíz de esa primera exposición, un año más tarde, Antonio Roque, subdirector del Museo de Arte Moderno, lo invita a una exposición más formal, sobre el «realismo mágico en México» en el Museo de Arte Moderno, para la cual, escogió tratar el tema de la lucha libre mexicana, “Máscara contra pantimedia”, debido a su afición a ésta práctica.
Luego de aceptar la invitación a dicha exposición es invitado a dar un taller de acuarela al Taller Rufino Tamayo en Oaxaca, donde conoce a diversos pintores oaxaqueños, entre ellos, Rodolfo Morales, quien, junto con Luis Haro, lo instruyen en la pintura al óleo. Este hecho es de suma significación para el artista, puesto que se adentra en técnicas del arte de la pintura que influenciaron más tarde su obra.
El pintor consolidado: su obra
La concepción artística de José Esteban parte de su acercamiento al arte oaxaqueño, punto crucial para tomar la pintura como algo serio. Gracias a las pinturas al óleo que presentó en la exposición del Museo de Arte Moderno, llamó la atención debido a la originalidad y el carácter de su obra, lo que trajo consigo la atención de diversas galerías de arte. Firmó contrato con la galería neoyorquina Vorpal Gallery, la cual promovió mucho su trabajo y lo enfocó al mercado cinematográfico. Por lo cual, el 80 por ciento de su obra está en el medio del cine en Estados Unidos, un gran mercado en el que sigue vigente.
Su obra se destaca del resto por presentar imágenes, que, en ese momento, surgen como figuras extrañas pero llenas de un folclor alegre. En palabras del propio artista, “el trabajo en la pintura debe ser festivo, con color, con muy buen ambiente”.
Y es aquí donde surge esa diferencia con los demás, donde la pintura se nutre de un estilo que se solidifica a partir de la creencia del artista, de su propia visión de mundo y de las cosas que lo rodean.
Sus pinturas parecen rediseñar su entorno y brindarle un tono picaresco, pero al mismo tiempo infantil. Las pinceladas gruesas y firmes crean figuras y escenarios que absorben la mirada del espectador, los diversos colores brillantes y la configuración de los rostros y los cuerpos destacan por la simplicidad y el ingenio puesto en ellos, y es ahí, en esos pequeños detalles, que reside el estilo de su obra.
Llegar al mundo artístico con un estilo definido fue un punto clave en la carrera del pintor, puesto que le ha asegurado un lugar dentro del mercado del arte. Sin embargo, permanecer dentro de un puesto no significa hacer las mismas cosas, al contrario, lo que le afianza el lugar no es sólo conocerse, sino reinventarse, hecho importante en la conformación del artista. La reinvención permite innovar, y en ello reside la capacidad de asombro, mirar desde diferentes perspectivas desde un mismo punto y desde las mismas habilidades, que de a poco van cambiando, trastocando otras partes de la esencia de las cosas.
El artista dio a conocer que, hasta ahora, la exposición más importante y significativa para él, fue en Roma, dentro de un antiguo castillo. El impacto de la sobriedad y el inevitable paso de los años, contrastaban con las figuras alegres, coloridas y modernas, como si la misma historia del arte y la humanidad se reescribiera y encarnara en ese mismo espacio. El encuentro de dos culturas, la piedra arcaica sosteniendo un suspiro de mexicanidad.
La interdisciplinariedad y el entorno
José Esteban Martínez se destaca no sólo por su trabajo artístico, puesto que su trabajo se desarrolla en diferentes áreas, que quizá, parten de la misma inquietud: la cultura. Se destaca por dedicarse también al diseño gráfico, el manejo del mercado digital, al cine, la televisión y la producción. Hasta el momento ha ejercido varios puestos burocráticos entre los que se encuentra el de Director del Instituto Zacatecano de Cultura.
Es precisamente esta multifacética vida lo que le da al artista un enfoque distinto, puesto que conoce el terreno por el cual circula el arte y la cultura, la validez y el peso del trabajo. Se destaca sobre todo el noble propósito de dar difusión y espacio para el arte, hoy y siempre tan necesario, puesto que sabe la importancia de dar espacio a la creación y la expresión, de motivar el talento y el efecto catártico que éste engloba.
Ante la inmensidad de sus cuadros y el llamado a la mirada curiosa, también quedan al descubierto los rincones del artista, los que revelan los retazos del proceso y de la consolidación, como pequeños universos en los que se desarrollan importantes tareas que pasan desapercibidas. El espacio que se escapa es el mismo que representa José Esteban Martínez, con aire cálido y retador.
