A través del Índice de Competitividad 2022, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) da cuenta de cómo se modificaron postpandemia los 72 indicadores de los que está constituido.
Permite conocer las capacidades funcionales actuales de los estados para:
- Generar, atraer y retener talento e inversiones. Esto representa una oportunidad para identificar, con la granularidad que exige el desarrollo de políticas regionales, las áreas en las que determinadas acciones deben implementarse con el fin de elevar la calidad de vida.
- Propiciar un sano ambiente de negocios.
- Dotar a cada economía de un dinamismo que la posicione en el ámbito nacional e internacional.
Esta información es particularmente importante para aquellas entidades, como Aguascalientes, que se encuentran en pleno proceso de elección de gubernatura.
Un estado competitivo es aquel que logra las condiciones y capacidades para el desarrollo sostenible tanto del capital humano como físico; esto se traduce en mayor productividad y bienestar para sus habitantes. Para medir esto, el IMCO evalúa diez subíndices, conformados por distintas dimensiones y condiciones que constituyen la base tanto del crecimiento como del desarrollo de las 32 entidades —cuyo promedio apenas alcanza los 43.76 puntos—.
Aguascalientes en el concierto nacional
Aguascalientes continúa en el sexto lugar en competitividad. Presenta las características de una entidad media-alta: “aquellas entidades cuyo puntaje se encuentra hasta una desviación estándar por encima de la media”.
El promedio asciende a 43.76 puntos. La tabla es encabezada por la CDMX con 63.22 puntos, seguido de Nuevo León. Los cinco primeros lugares no cambian, excepto porque Coahuila intercambia con Querétaro (el 3° y 4° lugar).
Aguascalientes presenta en 2022 seis indicadores en verde, 19 en amarillo, nueve en naranja y solo uno en color tinto. Lo anterior le permite conservar el sexto lugar, justo debajo del vecino Jalisco (entidad que conservó el quinto sitio).
Las mejores prácticas se presentan en estados como Yucatán, Querétaro, Jalisco, Chihuahua, Sinaloa y Baja California. Se siguen imponiendo las excepcionales condiciones de la capital CDMX en tres de los diez subíndices.
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Los subíndices de Aguascalientes en competitividad
Los lugares ocupados por Aguascalientes en cada uno de los subíndices son muy asimétricos. Logra estar entre los tres primeros lugares en Relaciones Internacionales y Medio Ambiente; entrar en el top ten en Derecho, Sociedad, Precursores de Competitividad y Gobierno, pero se ubica en 19 y 23 en Mercado de Factores y Economía. El balance entre ascensos y descensos suma once positivos.
Lo que presenta en Aguascalientes un cambio espectacular (18 lugares arriba) es en el ramo del Derecho. Este, a su vez, contempla:
- Seguridad pública, estrechamente ligada a la calidad de vida de los ciudadanos, al salvaguardar su integridad física y sus derechos, a través de la prevención y eliminación de aquello que pone en riesgo sus libertades, el orden y la paz pública.
- Seguridad jurídica, determinante para la llegada de nuevas inversiones. Un Estado de Derecho funcional genera condiciones favorables para la atracción y retención de talento e inversión. En ese sentido, el subíndice considera indicadores sobre delitos, denuncias, percepción de seguridad, entre otros.
Aguascalientes descendió más escalones en Economía (6 lugares abajo). Esta considera las principales características de las economías estatales, así como la situación de acceso al crédito para empresas y familias.
Dentro del subíndice se incluyen indicadores que describen la distribución del Producto Interno Bruto (PIB), el dinamismo de la economía, el nivel de deuda, así como distribución del ingreso y la diversificación económica.
Los estados que presentan una economía estable, así como mercados crediticios grandes, atraen más talento e inversión. Son, por lo tanto, propensos a una mayor generación de empleo y riqueza.
Ires y venires entre los estados
Entre todas las entidades, se guardó un aparente equilibrio entre los 72 indicadores calificados (35 mejoraron, 11 permanecieron igual y 26 empeoraron).
Este balance presenta a veinte entidades con calificaciones reprobatorias. Los estados líderes duplicaron el valor de aquellos menos competitivos del país (que, de nueva cuenta, son Guerrero, Oaxaca y Chiapas).
La competitividad debe trascender la lógica económica para ser incorporada como aspiración última del bienestar inclusivo y sostenible de los territorios. Bajo esta nueva mirada, la competitividad es un proceso sistémico y dinámico construido colaborativamente entre todos los agentes de un territorio. Todos están invitados a reflexionar sobre su propio rol dentro de la consecución de un proyecto de vida con calidad para todas las personas —y a favor de su entorno—.