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¿Cómo va la economía mexicana respecto a sus vecinos latinoamericanos? La radiografía del FMI

Latinoamérica no ha sido ajena a las consecuencias de la desaceleración económica mundial, las condiciones financieras globales y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, afectando, por ejemplo, los precios de materias primas y las exportaciones de las naciones latinas.

Días atrás, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó las proyecciones de crecimiento para la región. Aunado a esto, el lunes pasado, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, presentó el informe económico para América Latina y el Caribe. Las conclusiones no fueron muy optimistas, pues el reporte señala que no se había visto una contracción de este tipo en la historia reciente.

En el caso particular de México, el organismo financiero señaló que existe una elevada incertidumbre debido a las políticas económicas del actual gobierno, encabezado por Andrés Manuel López Obrador. A esto se le suma la subejecución del presupuesto, huelgas de trabajadores, escasez de combustible, así como el poco esclarecimiento de la salud financiera de Pemex y el ruido generado a partir de la renuncia del ex secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa.

Aunado a lo anterior, la semana pasada, el FMI bajó por quinta ocasión en los últimos doce meses, la perspectiva de crecimiento para este año al 0.9 por ciento y al 1.9 por ciento para 2020. En este sentido, el informe lanza unas sugerencias al gobierno de México.

Dadas las perspectivas de crecimiento y los importantes riesgos a la baja, las políticas económicas tendrán que encontrar un punto de equilibrio entre estimular el crecimiento y recomponer sus márgenes de maniobra”. En otras palabras, un presupuesto prudente para el 2020 y seguir impulsando reformas estructurales que fomenten la productividad.

La situación económica de México va muy a la par de países como Brasil o Argentina, aunque presenta un rezago en comparación con naciones como Perú o Chile.

En el país presidido por Jair Bolsonaro, la economía más grande de la región, se estima un pobre crecimiento del 0.8 por ciento en 2019, y aunque es probable que registre un aceleramiento del 2.4 por ciento, el FMI advierte: “Siempre que se apruebe una reforma robusta del sistema de pensiones, que retorne la confianza, y que se recupere la inversión y que la política monetaria siga siendo acomodaticia”.

En el caso de Argentina, el FMI observa un escenario optimista debido al repunte de la producción agrícola, el restablecimiento del poder adquisitivo de los consumidores y la recuperación gradual de la recesión del año pasado. Sin embargo, la economía argentina caerá 1.3 por ciento este año y solo crecerá 1.1 por ciento en 2020.

Chile sigue proyectando un crecimiento robusto de 3.2 por ciento en 2019, y se espera que suba un 3.4 por ciento en 2020, debido al anuncio de proyectos de inversión y a la orientación expansiva de la política monetaria.

Colombia continúa con su recuperación, con un crecimiento del 3.5 por ciento este año y el próximo. Para seguir así, el FMI sugiere mantener los niveles de inflación.

En Perú, el crecimiento de este año será de 3,7 por ciento debido a los débiles resultados del primer trimestre, aunque se espera que el crecimiento se estabilice alrededor de 4,0 por ciento a mediano plazo, gracias al dinamismo que mantiene la economía peruana.

Venezuela sigue siendo un caso especial, donde se proyecta que el PIB real caerá un 35 por ciento en 2019 ya que la crisis económica y humanitaria continúa agudizándose, al grado que se estima que a finales de este año la cifra de migrantes venezolanos rebase los 5 millones. El organismo financiero considera que este éxodo está teniendo repercusiones considerables en otros países vecinos.

En Centroamérica, a pesar de que se recortaron las perspectivas de crecimiento para Costa Rica y Panamá para el presente año, se estima que el desarrollo prosiga en 2019. Guatemala se está beneficiando de un impulso fiscal y El Salvador por la continua inversión; sin embargo, la economía de Nicaragua está frenada significativamente por las tensiones políticas en su territorio.

En el caso de los países caribeños existe una marcada diferencia. En las economías que se basan en el turismo, se prevé que el crecimiento se afiance alrededor del 2 por ciento este año y el próximo. En cambio, en los países exportadores de materias primas se pronostica un crecimiento más modesto.

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