La llegada de la pandemia trajo consigo muchos cambios, pero sobre todo, un alto al movimiento. En la quietud impuesta, el sector dedicado al transporte se vio gravemente afectado. Es por ello que el Instituto de Recursos Mundiales México (WRI) en conjunto con más actores, para apoyar el transporte público.
En conjunto con autoridades y empresarios del sector, se ha propuesto el Programa de apoyo financiero para el sector del transporte público, el cual se dividirá en tres etapas y que se visualiza a realizarse durante 6 años, para garantizar la sobrevivencia de los prestadores de servicio del transporte público.
¿Cuánto se ha perdido?
Según indica la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM) y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) indican que la pérdida estimada es de 19 mil 500 millones de pérdidas durante la emergencia sanitaria.
Durante el periodo más crítico, se percibió una pérdida del 60% en cuanto a la demanda del transporte público. Actualmente, la caída se percibe dentro del 30%. En cuanto a los ingresos, la pérdida se estima en un 40% de los habituales, dada la menor cantidad demanda y el deterioro de la oferta y cobertura del servicio.
A pesar de que se han realizado ajustes en los horarios de operación para reducir los costos de operación, sin embargo, se estima que los ahorros no superan el 25% de los costos de operación, por lo que existe fragilidad financiera para mantener la cobertura de su servicio.
Cabe destacar que alrededor de 50 millones de mexicanas y mexicanos cuyo principal transporte es el público colectivo, lo que equivale al 40% de la población del país. De este sector dependen más de 160 mil empleos formales, principalmente de conductores.
El plan de recuperación
Las tres etapas de las que constará el programa, tienen la intención de poder brindar apoyo suficiente para que pueda existir una recuperación formidable a mediano plazo. El rescate y reinvención del transporte público requiere de una inversión aproximada de 323 mil mdp.
Las acciones que se tienen estimadas para cada una de las fases son las siguientes:
Primera etapa
Se propone que para esta primera etapa, se etiqueten recursos federales y estatales para apoyar al sector. Estos recursos se incorporaría al presupuesto federal beneficios fiscales en IVA e ISR, con lo cual se incrementen los beneficios en el impuesto al combustible. Además se otorgarían garantías de crédito con respaldo gubernamental.
Segunda etapa
En un plazo aproximado de 1.5 a 3 años, se proponen acciones financieras operativas para reactivar la economía del sector, así como para aumentar el número de usuarios, mejorando la inclusión y calidad de servicio.
Para este propósito se tiene contemplado incentirvar la inversión en infraestructura y renovación de flota. Asimismo revisar y ajustar los modelos de negocio del transporte público. Otra de las propuestas son:
- reducción de aranceles a la importación de autobuses
- Incentivar la transformación empresarial
- Promover el uso del transporte público y la integración con otros modelos y medio de pago
- Implantación de carriles segregados para autobuses y control de operaciones
Tercera etapa
En una etapa de 3 a 6 años se opta por los términos financieros, operacionales y administrativos para consolidar fuentes alternativas de fondeo y financiamiento. Del mismo modo, se tomarían en cuenta los aspectos del marco normativo para tener acceso a estas fuentes. Las propuestas son:
- Medidas de recaudación asociadas al uso del auto personal
- Pago de tenencia
- Uso de parquímetros
- Acceso a áreas con restricción vehicular
- Subasta de norma urbanística
- aportes por edificación adicional.