Por: Thorsten Damian Kott, director de Spring Professional | LHH en Adecco Group
Es probable que, después de cierto tiempo en tu trabajo, como todo en la vida, sientas que la alegría o el gusto por asistir a trabajar no sea el mismo que al inicio. Esto es totalmente natural, porque la naturaleza de los humanos funciona similar a lo que conocemos como el proceso de vida de un producto o servicio en el mercado.
Las etapas del gusto o disgusto por el trabajo
En el ciclo de vida de un producto se comienza con la fase de introducción, que, desde el punto de vista laboral, sería el proceso de onboarding a tu nuevo empleo. Sigue la fase de crecimiento en un producto, lo que en un empleo sería lo equivalente a los primeros meses dentro de la organización de la cual formas parte.
En esas instancias, la alegría, el gusto y la pasión de la persona que ingresa a una nueva empresa se encuentra a flor de piel. Estos sentimientos se mantienen e incluso van incrementando conforme pasa el tiempo, hasta llegar a la siguiente fase de la vida de un producto: el nivel de madurez.
En el mundo laboral, el nivel de madurez sería la fase en donde la persona tiene entre año y medio y dos años. En ese momento, conoce completamente la cultura organizacional de la empresa, tiene un total control de sus actividades e incluso comienza a generar ideas para innovar dentro de sus procesos y actividades.
A finales de esta etapa de madurez comienza a sentirse una falta de alegría, gusto e incluso interés por el trabajo que se realiza. Esto da paso a la siguiente fase de la vida de un producto: el declive. En nuestra analogía en el mundo laboral, esta fase es justamente cuando se acentúa este sentimiento de insatisfacción, desgano o incluso tristeza.
Esto se debe a cuestiones directamente relacionadas con la naturaleza de la raza humana, la cual nos empuja a la adquisición de experiencias que nos generen conocimiento. A su vez, tiene que ver con el aprendizaje y la adopción de habilidades que nos permitan generar razonamientos que beneficien nuestra existencia. La situación es similar en muchas personas, incluso aquellas que son exitosas profesionalmente. En algún momento de su carrera, llegaron a sentir este desánimo o falta de pasión por su profesión.
¿Cómo redescubrir la pasión y alegría por tu trabajo?
Si te encuentras en este punto de tu vida profesional, es importante que no te desanimes ni te agobies, debes estar consciente de que es algo natural en la vida de todas las personas y profesionistas.
Lo importante es ser consciente de que te encuentras en ese punto y ocuparte en encontrar la forma, no de salir, sino de volver a darle un impulso a tu ciclo laboral, para que comiences nuevamente con la fase de introducción. Esto no necesariamente significa cambiar de empleo. No comentan ese error sólo porque se encuentran en un momento de incertidumbre provocada por la naturaleza de tener nuevos proyectos. Adelantarse y actuar de forma precipitada ante una situación como esta puede, al paso del tiempo, ser un error que detenga temporalmente tu carrera profesional.
¿Qué hacer para volver a sentir esa pasión y alegría por tu empleo?
Lo primero es reforzar las relaciones personales con tus colegas de trabajo, ya que la alegría no es un tema aislado. Somos seres sociales; tanto la alegría como el amor responden al sentido de pertenencia, lo que implica comunidad. En ese sentido, lo primero que debemos hacer para recuperar la alegría es sentirnos bien con el entorno en el que trabajamos, lo que incumbe a colegas y, en general, a las instalaciones y ambiente laboral.
Como segundo punto, debemos confiar en que todo es pasajero, bien dice el dicho “no hay mal que dure cien años ni persona que lo aguante”. Tener confianza, primeramente, en nosotros mismos, implica no tomar decisiones apresuradas y comprender que todo en la vida se acomoda para dar paso a las situaciones que nos permitirán un nuevo comienzo. Confía en el proceso y ocúpate de encontrar esos elementos que te impulsarán a disfrutar nuevamente lo que haces.
Invierte en tu desarrollo personal. Aprender cosas nuevas nos llena de energía y curiosidad por probar nuevos caminos y hacer las cosas de manera diferente. En el momento en que comiences a aprender nuevos conocimientos o habilidades, tendrás esa iniciativa y ganas de crear e innovar.
Finalmente, pero no menos importante, debes de recordar que la alegría es una decisión. Cuando cultivas y desarrollas la resiliencia puedes darte cuenta de que, independientemente de la situación en la que estés, tienes la posibilidad de sonreír y obtener un beneficio o aprendizaje de todo eso. Solo es cuestión de querer renovarte y encontrar nuevas formas de llevar a cabo tus actividades profesionales para encontrarles un nuevo (y quizá) significado mayor al que tenías en un inicio.