Por Antonio Martin del Campo
Chairman 02X y Venture Studio
“No es la especie más fuerte la que sobrevive ni la más inteligente. Es la que más se adapta al cambio.”
Charles Darwin
¿Cómo se verán los empleos en la siguiente década? ¿Qué habilidades estarán en mayor demanda? Mirar hacia el futuro puede parecer caprichoso, porque la experiencia nos dice que las predicciones sobre cómo se verá el mundo dentro de unos años están destinadas a ser inexactas. Pero ¿qué pasaría si, respaldada por una investigación exhaustiva y sólida, una evaluación del mercado laboral del futuro pudiera servir de base para un debate sobre los desafíos y oportunidades que probablemente enfrentarán las personas y las empresas?
Sin irnos más lejos, un estudio en manos de 02X México estima que, para 2020, más del 40 por ciento de la fuerza laboral estadounidense (60 millones de individuos) serán trabajadores independientes, contratistas o empleados temporales. Ésta es una tendencia en la mayoría de las economías desarrolladas y, sin duda, aterrizará en economías emergentes en los próximos años.
Bajo esta premisa, no es de extrañar que muchos estén preocupados por su futuro profesional, ya que no tienen idea de qué habilidades deben dominar para tener una ventaja competitiva. Nadie quiere perder tiempo y dinero adquiriendo herramientas que no serán de utilidad en el futuro.
Gradualmente, llegará un periodo en el cual la mayoría de las tareas repetitivas serán automatizadas, y competir contra esto ya es una batalla perdida. Algunos sectores específicos se verán más afectados que otros. Por ejemplo, ya casi se ha llegado a un punto en la historia en el cual la inteligencia artificial realiza casi todas las tareas administrativas. Si el requisito clave de un trabajo es la repetición, seguro serán sustituidos por un sistema o asistente digital.
Vivimos en un mundo de constante cambio, el cual es poco probable que se ralentice. Las transformaciones que en las ultimas décadas solían ser lentas e incrementales ahora son más rápidas, disruptivas e impredecibles; por tanto, la mayoría de las empresas necesitarán personas que puedan adquirir nuevas herramientas en tiempos cada vez más cortos, pues lo que antes se aprendía para desarrollarlo durante mucho tiempo, en la siguiente década servirá tan sólo unos pocos años.
Loe emprendedores, directivos y fundadores son los primeros que deben adaptarse a estas nuevas realidades; desaprender y aprender de nuevo para después volver a desaprender será una constante en los años por venir. Y para ejemplificar este argumento con toda su fuerza, basta con decir que hoy la vida media de una habilidad ha bajado de 30 años a un promedio de 6, y esto es válido incluso para los recién egresados de la universidad.
Las herramientas y habilidades duras que actualmente están aprendiendo los universitarios les servirán poco tiempo en el mercado laboral del futuro. Esto significa que el modelo de «aprender en la escuela» y «hacer en el trabajo», o lo que hoy se ha puesto tan de moda en México como la educación dual, ya no es sostenible y es tan sólo el comienzo de la educación para el trabajo. Pero lo que sí será una constante es la actualización, que conllevará a un aprendizaje permanente como forma de vida en la empresa.
De acuerdo con el informe “El futuro del trabajo” del Foro Económico Mundial, la actualización y la recalificación son la máxima prioridad para las organizaciones que buscan desarrollar futuras estrategias enfocadas en la fuerza laboral; y a medida que las vidas laborales se hacen más largas, el certificarse en nuevas herramientas, metodologías y capacidades será muy importante para todos los colaboradores, no sólo para los jóvenes.
Sin embargo, en todo gran cambio de la actividad humana, también se crean nuevas oportunidades para los emprendedores, nuevos puestos para los ejecutivos, nuevos oficios para los empleados que hoy laboran en fábricas y, obviamente, nuevas posibilidades de mayores ingresos para quienes estén verdaderamente preparados.
Y es que aun cuando las tecnologías reemplazan muchos empleos, al mismo tiempo están creando nuevos, los cuales la mayoría de nosotros ni siquiera puede imaginar y, por ende, también crean nuevas formas de generar ingresos. Un tercio de los nuevos empleos creados en Estados Unidos, en los últimos 25 años, fueron trabajos que no existían o que apenas se estaban gestando.
El impacto neto de las nuevas tecnologías en el mercado laboral puede ser muy positivo. Un estudio de 2012, realizado en París por una de las consultoras más relevantes en el mundo, encontró que Internet había destruido 500,000 empleos en Francia en los últimos 15 años; pero al mismo tiempo había creado otros 1.2 millones, una adición neta de 700,000 o 2.4 empleos creados por cada destruido.
La tecnología digital también puede permitir nuevas formas de actividad empresarial. Los colaboradores de pequeñas empresas y ocupaciones independientes pueden beneficiarse de mayores oportunidades de ingresos, a su vez que los emprendedores pueden ingresar a nuevas actividades que les permitan diversificarse. Una nueva categoría de trabajos basados en el conocimiento se hará posible a medida que las máquinas incorporen inteligencia.
Llega la época en la cual el mercado llevará al límite la frase de Charles Darwin: “Adaptarse o morir”. Se deberá tener la capacidad de ser flexible en esta nueva atmósfera laboral: reconocer las habilidades que se deben desarrollar para permanecer competitivo y sentirse cómodo, reinventándose constantemente. Es posible que sea necesario desempeñar un nuevo rol o a un nuevo emprendimiento o dirigir una nueva compañía, y tener la capacidad (y la voluntad) de adaptarse será uno de los mejores aliados para permanecer relevante.