Por: Pablo Cuevas, director general de PABAL LOGISTICS
En estos últimos días, hemos observado cómo el peso se debilita frente al dólar. Esto derivado de diversos factores macroeconómicos, pero principalmente por el temor de una nueva recesión en el mercado más importante para México y el más poderoso del mundo: los Estados Unidos.
Brevemente te comento cómo un peso débil (o una moneda local débil frente a otras divisas) tiene múltiples impactos en las operaciones de comercio exterior en México. Estos efectos pueden ser tanto positivos como negativos, dependiendo de la perspectiva de las empresas y sectores involucrados.
Impactos negativos de un peso débil en el comercio exterior
Uno de los impactos negativos es el aumento en el costo de importaciones, pues un peso débil significa que se necesitan más pesos para comprar bienes y servicios en el extranjero. Esto eleva los costos de importación para empresas que dependen de insumos, materias primas o productos terminados del exterior. El mismo aumento en el costo de las importaciones puede trasladarse a los precios internos, afectando el poder adquisitivo de los consumidores y pueden elevar los costos operativos de las empresas.
Otro aspecto negativo para las empresas que importan materiales o equipos es que pueden ver un aumento en sus costos operativos, lo que puede reducir los márgenes de beneficio, especialmente si no pueden trasladar estos costos adicionales a sus precios de venta.
Finalmente, un peso débil puede estar asociado con incertidumbre económica o inestabilidad política. Esto puede afectar la confianza de los inversores y los negocios en el país, impactando negativamente en las operaciones de comercio exterior.
Impactos positivos de un peso débil en el comercio exterior
Un peso débil hace que los productos mexicanos sean más baratos para los compradores extranjeros. Esto puede aumentar la demanda de exportaciones mexicanas, mejorando la competitividad de las empresas mexicanas en los mercados internacionales. Asimismo, las empresas exportadoras pueden beneficiarse al obtener más pesos por cada unidad de moneda extranjera que reciban por sus exportaciones, lo que puede mejorar sus ingresos en moneda local.
Como resultado de un peso débil puede hacer que México sea más barato para los turistas internacionales, potencialmente incrementando el número de visitantes y el gasto en el sector turístico, que es un importante motor de la economía mexicana.
En el largo plazo, las inversiones en México pueden parecer más atractivas para los inversores extranjeros si el costo de adquirir activos y establecer operaciones es más bajo en términos de su propia moneda.
Un peso débil puede tener efectos mixtos en las operaciones de comercio exterior en México. Si bien puede beneficiar a los exportadores al hacer que sus productos sean más competitivos en el mercado global y fomentar el turismo, también puede aumentar los costos de importación y afectar la competitividad en el mercado local. La magnitud de estos impactos dependerá de la estructura económica de las empresas y sectores, así como de su capacidad para adaptarse a cambios.
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