Durante el primer mandato de Donald Trump (2017-2020), la relación con México enfrentó desafíos significativos.
Desde la campaña electoral de Trump, su retórica anti-mexicana encendió alertas en la diplomacia mexicana.
Asimismo, su llegada a la Casa Blanca trajo políticas y propuestas influyeron en áreas como comercio, migración y seguridad.
Donald Trump con México en su primer mandato
México se encontró obligado a enfrentar la presión de Washington en temas sensibles y a buscar soluciones para proteger sus intereses ante una administración estadounidense que priorizaba firmemente los suyos.
Primero fue Enrique Peña Nieto y después Andrés Manuel López Obrador quienes enfrentaron el reto de negociar con la administración de Donald Trump tras su llegada a la Casa Blanca.
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Muro fronterizo y la política de “Tolerancia Cero”
Trump impulsó su promesa de construir un muro en la frontera para reducir la inmigración ilegal y exigió a México que financiara el proyecto, aunque esto fue rechazado. En un mitin de 2020, el mandatario presumió la construcción de 480 kilómetros del muro fronterizo, pero los recursos fueron de su gobierno.
Además, implementó la política de “Tolerancia Cero”, que pronto se asoció con el endurecimiento en materia migratoria.
Desde abril de ese año, el Departamento de Justicia de Estados Unidos comenzó a juzgar a los migrantes indocumentados que intentaban ingresar, lo cual les implica la pérdida de la custodia de sus hijos mientras enfrentan procesos legales. No obstante, el presidente firmó una orden ejecutiva para detener las separaciones.
Durante las elecciones intermedias de 2018, Trump envió cinco mil 200 soldados a la frontera sur, además de medidas para restringir solicitudes de asilo a quienes cruzaran de forma irregular.
En respuesta, el gobierno de Enrique Peña Nieto lanzó el programa “Estás en tu casa” para apoyar a migrantes centroamericanos con servicios básicos y empleo temporal.
Renegociación del TLCAN y creación del T-MEC
Desde su campaña, Trump calificó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como un acuerdo “injusto” y amenazó con retirarse si no se renegociaba.
Ante esta presión, México y Canadá aceptaron renegociar el tratado, lo cual resultó en el T-MEC. El acuerdo incluyó nuevas reglas para el sector automotriz al exigir el 75% de contenido regional en vehículos. Del mismo modo, se estipuló que el 40% del valor de los autos se produjera en zonas de altos salarios.
El T-MEC incluyó revisiones cada seis años y una duración limitada de 16 años. Aunque Andrés Manuel López Obrador apoyó el acuerdo y designó a Jesús Seade para liderar las negociaciones, México enfrentó desventajas en sectores clave, especialmente el automotriz, debido a las nuevas regulaciones de contenido y salarios.
Aranceles y respuesta de México
En 2018, Estados Unidos impuso aranceles de 10% y 25% al acero y aluminio mexicanos bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial. México respondió con aranceles a productos estadounidenses, incluyendo impuestos de 5 a 25% a productos agrícolas como quesos, carne de cerdo, papas y manzanas.
Sin embargo, tras un acuerdo entre ambos países se eliminaran los aranceles tras intensas negociaciones bilaterales en mayo de 2019.
Impacto en seguridad
En materia de seguridad, el gobierno de Trump presionó a México para intensificar su lucha contra el narcotráfico.
Trump amenazó con designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que provocó tensiones adicionales.
A pesar de ello, México mantuvo la cooperación en seguridad para evitar mayores conflictos diplomáticos y continuar con los esfuerzos bilaterales en áreas como la seguridad fronteriza.
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