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¿Cómo evitar que mi hijo se vuelva adicto a la tecnología?

El correcto uso de la tecnología permite a las personas simplificar procesos y ser más eficaces en el ámbito de los negocios, las telecomunicaciones mantienen a la población informada de lo que sucede a nivel mundial y las apps asociadas a las redes sociales permiten la comunicación de forma rápida y económica entre familias, amigos y colaboradores.

A pesar de todos los beneficios que ofrece la tecnología, esta también puede ocasionar problemas, los cuales surgen cuando los usuarios no identifican sus límites y la utilizan de forma desmedida, a tal grado que ya no son capaces de controlar el tiempo que dedican al empleo de videojuegos, aplicaciones, chats o redes sociales. De esta manera, inconscientemente se puede generar una adicción llamada tecnofilia, la cual propicia daños psicológicos y emocionales, con efectos neuronales similares a los que se producen con el uso del cigarro o el alcohol.

Tan solo imaginen lo que pasaría si durante una semana se atrevieran a no utilizar su teléfono móvil, no recibir mensajes instantáneos de alguna aplicación y tampoco usar redes sociales. ¿Podrían con el reto? Bueno, si se atreven a realizarlo y llegan a presentar ansiedad, angustia o irritabilidad, podrían considerarse como “adictos a la tecnología” o, por lo menos, estar muy cerca de convertirse en uno.

Sus hijos (sobre todo adolescentes) que no ejercen una profesión y por ello, no les es indispensable el uso de dispositivos móviles, ¿podrían estar una semana sin utilizarlos?, ¿serían capaces de no tener contacto con sus amigos a través de una red social? Definitivamente la experiencia de vida indica que todas las personas se han vuelto dependientes a los aparatos y herramientas tecnológicas, las cuales en realidad no son indispensables para vivir, pero que si se dejan de emplear, generan graves conflictos emocionales.

Efectos negativos por el uso inadecuado de videojuegos, aplicaciones y redes sociales

Recomendaciones

Es una dura tarea la que se tiene como padre de familia en cuanto a la protección y cuidado del uso de las tecnologías, pues se va en contra de todos los estímulos que los hijos reciben visualmente, los cuales van acompañados de una relatividad que hace pensar que no es grave el uso desmedido de la tecnología; sin embargo, en la medida en que se disponga de todos los medios necesarios para contrarrestarlo, serán menores las consecuencias. No hay que darse el lujo de bajar la guardia en un aspecto que afecta la formación integral de los menores.

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