Cómo empezar tu propia colección de vinos: tres consejos

María Eugenia Redondo y Tania García

En la primera parte de nuestra trilogía para iniciarse con una cava de vinos, te recomendamos tres lecturas indispensables en la librería del buen coleccionista. Una vez controlada la teoría, llega el momento de pasar a la práctica: reunir las botellas que formarán parte de dicha colección.

¿Qué comprar?

Marisa García, directora de Bon Vivant, tiene claro cuál es el primer paso: “establecer un presupuesto”. No hace falta que sea elevado. “Comprar de dos a tres etiquetas por mes te permitirá tener una colección importante”, asegura la experta; pero, ¿cómo elegirlas? Para Marisa, es importante definir los propios gustos, aunque “no pueden faltar los vinos de países con riqueza enológica”, tener por lo menos tres o cuatro de Francia, España e Italia. “Tampoco olvides los blancos, rosados y espumosos. Debes tener variedad en estilos y edades (joven, medio y añejo)”, añade.

Para quien todavía no tiene claros sus gustos también hay consejos, como “empezar con vinos sencillos, con poca madera o jóvenes, para diferenciar la variedad”, opina Laura Sardina, periodista de la Ribera del Duero especializada en catas y conocedora de todo el proceso de producción de esta bebida. Según ella, “si quieres empezar a aprender, es mejor no complicarte con maderas; primero saber a qué sabe la variedad, a qué huele… Más tarde, cuando ya sepas más, empezar con los que tengan madera para diferenciar la barrica americana, el roble francés…”, explica.

¿Dónde ponerlo?

La directora de Bon Vivant recuerda la importancia de la ubicación del almacén. “Debe ser un lugar lejano a la luz del sol, tranquilo, fresco; pero con un grado de humedad para que no se sequen los corchos, alejado de fuertes sonidos y movimientos, pues el vino debe reposar. Evita colocarlos junto a la estufa o el horno”.

Laura sugiere adquirir una cava refrigeradora. “Recomiendo comprarse una de doce botellas. Las hay de seis, pero es muy pequeña si empieza a gustarte el tema”, comenta, no sin antes destacar lo siguiente: “deben estar a doce grados, la temperatura que tienen las antiguas bodegas subterráneas”.

¿Cómo ordenar las botellas?

Cuando tienes una colección, el orden de los factores sí altera el producto: hay que saber ordenar las etiquetas. “Es importante conocer el punto de añejamiento para que no se pasen”, menciona Marisa. La experta aconseja colocarlas “de acuerdo a la edad: al frente las que están próximas a degustarse y en otra sección, las que pueden durar más años”. Además, se debe revisar cada seis meses su fecha.

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