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¿Cómo afecta el coronavirus a la industria automotriz en México?

La ciudad china de Wuhan, ubicada en la provincia de Huber, solía ser conocida como uno de los polos automotrices más importantes de la nación asiática -quizá el más relevante-, hasta que se convirtió en el epicentro del brote epidémico del coronavirus COVID-19, el cual ha contagiado alrededor de 90 mil personas y ha matado a casi tres mil. 

Llamada “Motor City” y catalogada como la “Detroit” de China, en Wuhan se localizan diversas filiales de importantes ensambladoras como Renault, Peugeot, Honda, Nissan, GM, DS, Citroën, entre otras. 

Sin embargo, tras la irrupción de la enfermedad, diversas firmas automotrices y de autopartes se han visto obligadas a detener momentáneamente la operación de sus plantas hasta que la situación se restablezca.  Esto ha supuesto un duro golpe para el sector, que ha visto cómo la venta de autos en China se desplomó un 92% en las dos primeras semanas de febrero debido a la contingencia sanitaria. 

Aunado a lo anterior, Nissan suspendió la producción de una planta ubicada en Kyushu, Japón, a causa de un problema en el suministro de componentes provenientes de China. FIAT Chrysler también detuvo temporalmente la operación de una fábrica situada en Serbia ante el desabasto de componentes importados desde el país asiático. 

Honda y Toyota tenían  previsto reanudar la operación de sus plantas en Wuhan y Chengdu el 11 y 24 de marzo, respectivamente, pero podría demorar un período todavía más largo, pese al descenso en el número de contagios y fallecimientos por el coronavirus registrados en China en los últimos días. 

¿Quién corre más riesgo en México?

Ante la realidad de una potencial pandemia que sigue extendiéndose a lo largo del orbe, se abre la interrogante de qué tan vulnerable es la industria automotriz mexicana en este escenario, cuyo aporte a la economía nacional representa más de una quinta parte del PIB manufacturero del país.

El sector automotriz es pilar de la industria manufacturera del país, y si el sector sufre, sufrimos todos«, apunta en entrevista para Líder Empresarial Manuel Nieblas, socio líder de Productos Industriales y Manufactura en Deloitte México.

En este sentido, el especialista señala que las empresas más vulnerables a resentir el impacto que ha generado el brote de coronavirus son aquellas que no han desarrollado una cadena de proveeduría en el país y que importan componentes de regiones asiáticas, particularmente de naciones sumamente afectadas como China o Corea del Sur. 

Tenemos armadoras con más de 50 años en México, cuya cadena de suministro está muy bien aterrizada hacia el componente local. Ellos sufrirán menos el tema [ de desabasto] de componentes o partes que vienen de Asia; contrario a otras armadoras que traen mucho componente importado de aquellas regiones”, detalló.

Aún así, el especialista manifestó que las empresas del ramo están analizando sus niveles de inventario en componentes y materias primas importadas desde las regiones más afectadas por el coronavirus.

 ¿Una oportunidad para cumplir reglas del T-MEC?

No obstante, resaltó que esta coyuntura podría representar para México una ventana de oportunidad para desarrollar y fortalecer la cadena de proveeduría nacional que le beneficie en el cumplimiento de las reglas de contenido regional planteadas en la ratificación del T.MEC.

Aún cuando hay un periodo de transición para el cumplimiento de las nuevas reglas, pasar del 62.5 al 75% de contenido regional es un desafío importante que la mayoría de las armadoras en México no lo cumplirían si hicieran la evaluación hoy. Por eso la importancia de tratar de modificar su cadena para alcanzar mayor contenido regional”, explicó.

No obstante, ante la posibilidad latente de que en México se origine un brote de coronavirus COVID-19 (hasta el momento hay cinco casos confirmados y más de diez sospechosos), Manuel Nieblas señala que las empresas deben considerar tres aspectos para hacer frente a la situación.

Primeramente, enfocarse en brindar protección y garantías mínimas a sus colaboradores, con el objetivo de que se sientan protegidos: además de salvaguardar su integridad, genera un impacto positivo que los motiva a reintegrarse a sus labores una vez que haya pasado la emergencia”, expone el especialista. 

Otro elemento al que las empresas deben poner especial énfasis es el área financiera, procurando hacer una planeación detallada para contar con el flujo de efectivo necesario para solventar cualquier contingencia o necesidad adicional. 

El tercer aspecto, refiere Manuel Nieblas, es asegurar la continuidad de las cadenas de suministro a través de respaldos tanto en la proveeduría como en los procesos logísticos, con la finalidad de que funjan como planes alternativos ante cualquier situación. 

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