El mundo está sujeto a constantes cambios y hoy se encuentra frente a una disyunción. Así como la máquina de vapor revolucionó las fábricas en el siglo XlX, la implementación de nuevas tecnologías y la incorporación de software en nuestra vida cotidiana y laboral están transformando nuestras rutinas, de igual manera el cambio climático y las condiciones de trabajo en las que se desenvuelve una gran mayoría de la población, nos invitan a repensar el mundo en el que vivimos.
Una prueba de esto son las cuestiones que se trataron este año en el Foro Económico Mundial, donde los principales empresarios y políticos del mundo discutieron temas urgentes como: tecnología para el bien, economías más justas y cómo salvar el planeta. Frente a estas transformaciones que se avecinan, ¿qué podemos enseñar a los niños si nunca hemos vivido algo así?, ¿cuál es nuestro papel en esta nueva economía colaborativa en gestación?
El doctor en Psicología, Aurelio Coronado, dedicado a implementar programas de prevención social que involucran a niños y niñas, explica que sin duda la educación financiera es imprescindible en la niñez, pues los niños y niñas tienen que comprender el mundo económico en el que viven.
Sin embargo, considera aún más importante que éstos tengan la noción de que se desenvuelven en comunidad: “Muchas veces la lógica empresarial, productiva o industrial no es lo más adecuado para un niño. Al contrario, un niño quiere colaborar, cooperar, compartir, no le interesa el profit”.
Esta noción de cooperación y empatía resulta imprescindible en un mundo donde según la Organización Mundial del Trabajo, en 2018 la mayoría de los 3,300 millones de personas empleadas en el mundo no gozaba de un nivel suficiente de seguridad económica y bienestar material.
Aurelio recalca que la forma en la que educaron a la llamada generación X, ya no va de acuerdo con los intereses y prioridades de las sociedades del futuro: “Queremos educar a los niños en el mundo en el que nosotros vivimos, sin embargo, el mundo está a punto de cambiar, la forma en la que vemos la ganancia se está modificando de forma radical”.
Sobre la importancia de acompañar y no imponer
El especialista hace énfasis en que el papel de la sociedad es el de ser la generación puente, ya que los niños son los que decidirán posteriormente y a nosotros sólo nos tocará establecer las condiciones: “Nosotros no vamos a poder encontrar esas soluciones porque nosotros no vamos a vivir ese futuro”, explica Aurelio.
Estas condiciones deberán de incorporar a los niños no sólo a nivel familia pues, según el especialista, se deben derribar las nociones adultocentristas en instituciones, calles y comunidades: “Son prácticas sociales y psicológicas en las que piensan que el mundo está hecho para personas mayores y los niños simplemente son habitantes de ese mundo de adultos”.
Poniendo estas recomendaciones en contexto, entonces, ¿cuál sería nuestra tarea? El especialista hace hincapié en que seamos acompañantes de ellos en esta etapa, más allá de imponer y dirigir: “Debemos generar espacios donde ellos puedan tener diferentes opciones, el problema es que se los restringimos y su vida es en función de nuestras necesidades”.
Esto es de suma importancia en la infancia ya que definirá a la persona en la que se convertirán: “Lo que acaban haciendo los niños no es solamente imitar a sus mayores, sino adecuarse a ellos, y esto desencadena que en el futuro aprendan a ajustarse a la autoridad y a no pensar de manera diferente”.
“Necesitamos formar a niños que estén listos para uno de los más grandes cambios de nuestra sociedad”, agrega Aurelio Coronado.