En la última década, el índice de percepción de corrupción en México se ha incrementado; en el reporte de Transparencia Internacional de 2018, el país obtuvo una calificación de 28, situándose en el lugar 138 entre 180 países calificados. México es el país con peor calificación entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –OCDE– y ocupa, junto con Rusia, el último lugar entre los integrantes del G20.
Las evidencias de corrupción en los medios de comunicación y el sector farmacéutico, señaladas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador como favorecidas por el Gobierno anterior, son prueba de este escenario de corrupción e impunidad. Por lo tanto, las organizaciones que buscan hacer negocios con el Gobierno este sexenio, deben asegurarse de que sus prácticas de negocio superarán escrutinios y auditorías.
Quienes dedicamos nuestro tiempo a la investigación y análisis de la corrupción, como en BRG, tenemos la convicción por el fortalecimiento de las instituciones, buscamos mejores prácticas, probamos nuevas metodologías e identificamos espacios que contribuyan a aportar soluciones prácticas e inteligentes para hacer más transparente la administración de los recursos públicos, y complementariamente, más eficiente la gestión del sector privado. La Norma ISO 37001 permite cumplir con este fin.
La norma sobre sistemas de gestión anti soborno o anticorrupción proporciona una lista de elementos que debería contener un programa eficaz contra el soborno o la corrupción (ABC, por anti-bribery/corruption). La Norma se integra en los procesos existentes en la organización, puede ser utilizada en cualquier país y organización, y aplica a organizaciones pequeñas, medianas y grandes, en los sectores público, privado y organizaciones sin fines de lucro.
Si bien, cumplir con los requerimientos establecidos en este documento no garantiza que el soborno no haya ocurrido o no vaya a ocurrir en la organización, puede ayudar a la organización a implementar medidas para prevenir, detectar y enfrentar las prácticas corruptas. Lo que distingue a la norma ISO 37001 es que está sujeta a una certificación independiente por parte de auditores externos. Es decir, las empresas podrán contratar firmas de auditoría para revisar sus programas y, si el auditor determina que la empresa cumple con los criterios de la norma, podrá certificar que la empresa cumple con la norma anticorrupción.
Recibir la certificación brinda a la compañía y a los inversionistas la certeza de que se cuenta con las medidas adecuadas para prevenir, detectar y responder a actos de soborno o corrupción por parte de los empleados, enfrentando cualquier posible incidente como un hecho atribuible a uno o varios empleados que actuaron fuera de las normas y costumbres de la empresa.
Por Ernesto Carrasco, Director General de BRG México -empresa global de inteligencia de negocios-
Acerca de BRG: Berkeley Research Group, LLC (BRG), es una firma de consultoría global que ayuda a las organizaciones en tres áreas clave: disputas e investigaciones, finanzas corporativas, y estrategia y operaciones. La firma integra expertos, líderes de la industria, académicos, científicos de datos y profesionales de diversas disciplinas.