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¿Cómo ayudar a un niño a afrontar la muerte de un ser querido?

A través de su blog, Grupo Gayosso comparte temas relevantes sobre cómo enfrentar pérdidas mortales, en esta ocasión ha dispuesto cinco elementos y algunos recursos didácticos para acompañar a niños en proceso de duelo. Además, el 29 de abril en punto de las 19:00 hrs, se realizará una transmisión en vivo por Facebook LIVE sobre este tema. 

Anahí Polo, coordinadora del programa de Tanatología en Grupo Gayosso, destacó que frente a la contingencia actual es necesario atender a los procesos de duelo en los niños, no evadiendo ni callando la realidad, sino afrontándola asertivamente para que los infantes adquieran habilidades indispensables para su salud psíquica y emocional. 

El equipo tanatológico de este grupo compartieron algunos libros, videos los siguientes puntos importantes para el acompañamiento y abordaje de pérdidas mortales en niños pequeños.

Es importante hablar de lo que sucedió

Aunque nadie está preparado para comunicar el significado de estos eventos, el adulto debe intentar resolver los múltiples cuestionamientos que resultan de la confusión que genera la muerte en el nivel de pensamiento infantil, no hay que evadir el tema.

Para ello, el adulto debe de ser paciente y estar dispuesto a responder con un lenguaje claro, sincero y sencillo las diversas preguntas que el pequeño realice: “¿a dónde se fue?, ¿cuándo volverá?, ¿por qué no me llevo?, ¿hice algo para que se fuera?, ¿ya no quería estar conmigo?, ¿me pasará también a mí?, ¿ahora quién me cuidará?”. 

De esto dependerá la forma en que el pequeño experimente su primer duelo y las asociaciones que genere sobre el afrontamiento de la muerte y la pérdida.

Los niños no reaccionan al Duelo como los adultos

Creyendo que los niños no se dan cuenta de lo que sucede y que aún no son capaces de entender la situación, es común subestimar el impacto su duelo. 

Sin embargo, es frecuente que los infantes expresan su duelo mediante el lenguaje (como el adulto lo hace), cambios de humor o conducta, alteraciones del sueño o alimentación y con la disminución del rendimiento escolar.

Valida sus emociones y sentimientos

Los cambios de humor y comportamiento son propios de las alteraciones emocionales, no son sólo berrinches como se les puede denominar. El adulto que lo acompaña tiene la responsabilidad de mostrar interés en lo que sucede con él y no solo reprenderlo por no estar de acuerdo con el llanto, la ansiedad, irritabilidad, protestas y rabietas del niño. Aunque también, la ira se puede presentar en pesadillas, juegos y acciones violentas hacia otros miembros de la familia o compañeros de escuela.

La tristeza, el miedo y el enojo son emociones que hemos identificado como malas, pero los niños tienen el derecho de sentir y expresar sus emociones de diferente manera, los adultos debemos orientarlos a identificarlas y enseñarles la función de cada una.

Preservar la memoria y permitirle despedirse

Es importante hablar sobre lo que el ser querido representaba y cómo se honrará su recuerdo definiendo, en la medida de lo posible, cómo se van a conmemorar las fechas importantes como el cumpleaños y los aniversarios luctuosos, además de acordar los rituales que se realizarán de acuerdo a las costumbres de cada familia. 

Hacer partícipes en los rituales funerarios brinda a los pequeños –así como a toda la familia– la posibilidad de despedirse y contribuye a la asimilación de la realidad. En este punto, es importante explicar qué implica este tipo de eventos (ver personas tristes, llorando, en crisis o en total silencio) para no generarle un recuerdo aversivo de lo que es un funeral.

 Los derechos de los niños en el duelo

El adulto debe entender que el niño tiene derecho a sentir y expresarse conforme a lo que está viviendo, claramente diferente a cómo el adulto lo manifiesta. El niño tiene derecho a:

  1. Tener sus propias emociones y sentimientos hacia la muerte.
  2. Buscar hablar de lo que sucedió, con el fin de resolver sus dudas y sentirse escuchado.
  3. Recibir respuestas honestas que hablen de lo que sucedió.
  4. Mostrar sus sentimientos. Probablemente tenga ganas de salir a jugar, cantar o reír mientras los adultos pasen por una tristeza profunda, esto no los convierte en insensibles y tampoco son malos niños si en su enojo (por no comprender lo que sucede) hacen rabietas.
  5. Tener apoyo, guía y acompañamiento de los adultos que estén a cargo de él.
  6. Poder recordar y honrar el recuerdo del ser querido que murió.

Grupo Gayosso ha dispuesto los siguientes recursos que pueden facilitar el acercamiento con los pequeños en duelo. 

Libros

Material audiovisual

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