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¿Cómo nos afectará la liberalización de la gasolina? Esto dicen los expertos

En medio de la crisis que atraviesa a los mexicanos por el alza en el precio de los combustibles, algunas personas han propuesto como solución el dejar de utilizar el automóvil. Sin embargo, la liberalización de gasolinas no repercute únicamente en la movilidad del automóvil. De hecho, podría incidir en los precios del transporte público y servicios como alimentos, ropa, calzado, entre otros.

¿Cómo podemos comprender el verdadero impacto de la gasolina en nuestra vida diaria? Algunos expertos explicaron a Líder Empresarial la relevancia que tomará este recurso en el desarrollo del país para los próximos años; desde un crecimiento importante en la industria petrolera nacional hasta los fuertes índices inflacionarios con los que México tendrá que enfrentarse, los cuales limitarán su margen de inversión.

Aguascalientes, de los más afectados con la variación de costos

Primero, debemos entender el concepto “liberalización”. Miguel Marmolejo Cervantes, especialista en derecho energético y miembro del sistema nacional de investigadores CONACYT, lo define como el proceso por el que las fuerzas de la oferta y la demanda fijan el costo para optimizar la cadena logística. Este proceso es diferente a la fórmula de precio máximo establecida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual dará inicio el 1 de enero y elevará los precios de combustibles en todo el país.

Con la liberalización de la gasolina, el beneficio sería directamente para los consumidores, además de que se promovería una competencia justa. El proceso establecido por Hacienda propone dividir en 90 regiones el país y a partir del mes de marzo determinar los precios por cada zona. Sin embargo, Aguascalientes y su área metropolitana no compartirán los mismos precios; por ejemplo, la ciudad de Aguascalientes ubicará sus costos (pesos) en 16.16 magna y 17.93 premium, mientras que Jesús María se ubicaría en los 16.40 magna y 18.17 premium.

Ante esto, la competencia interestatal que sufrirá Aguascalientes resulta difícil de comprender, ya que siendo un estado pequeño su zona metropolitana encontrará poca paridad. Esto debido a que las gasolineras con precios altos no podrán competir de forma equitativa con las de precios bajos ubicadas en su misma zona. Para Marmolejo, significa una competencia desleal.

Los documentos del Diario Oficial de la Federación, según comenta el especialista, no dan una razón específica de por la que el precio varía entre municipios.

“La estrategia de las estaciones de servicio que sufran de precios más altos que la competencia de su zona tendría que ser presentar un amparo ante un juez federal, ya que se afecta su derecho a igualdad jurídica: tratas diferente aún y cuando se es igual”, agrega.

Productos y servicios perjudicados

Para Aguascalientes, el traslado vía terrestre es el medio principal en la comercialización de sus alimentos. Prácticamente el 90% de los insumos que produce el estado se transportan a otras regiones del país y del mundo, mientras que el 90% de lo que consume, principalmente en el sector alimentario, es importado. El ajuste en los combustibles interfiere inmediatamente con el costo de los productos transportados, entre ellos los alimentos. 

Para los transportistas de carga, el alza del diesel significará un fuerte golpe en su desempeño financiero. Roberto Díaz Ruiz, presidente local de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR) señala que el incremento de este combustible entre enero 2016 y enero 2017, significa prácticamente un 25%.

Ante esta situación, Díaz Ruiz estima alzas generalizadas. Sin embargo, menciona que la estrategia más oportuna será realizar un análisis de costos, eficiencia y productividad. Eso les permitirá incrementar sus valores con base en la oferta y demanda del cliente y la competencia. No obstante, el representante de CANACAR espera que esto no se vuelva una burbuja inflacionaria provocada por el abuso de algunos comerciantes y prestadores de servicios.

«Para que el aumento no repercuta tanto en el bolsillo de los mexicanos, una opción viable sería reducir el impuesto al combustible. Sin embargo, Martínez aclara que este proceso no sería tan sencillo»

¿Qué podría hacer el gobierno para bajar el impuesto a la gasolina?

Para Alejandro Martínez, asesor en estrategias de inversión por la AMIB, el precio del combustible mexicano no se justifica. En comparación con Estados Unidos, la gasolina de México cuesta entre un 15 y 30% más, pero es de menor calidad.

¿Por qué en nuestro país la gasolina es tan cara? De acuerdo con Alejandro Martínez, se debe a que el 45% del precio que pagamos por la gasolina equivale a un impuesto gubernamental.

«La clave para disminuir el impuesto gubernamental en combustibles sería encontrar una fórmula de equilibrio entre el precio de exportación del petróleo mexicano y el IEPS»

Para que el aumento no repercuta tanto en el bolsillo de los mexicanos, una opción viable sería reducir el impuesto al combustible. Sin embargo, Martínez aclara que este proceso no sería tan sencillo. La razón es que la situación financiera de México no permite que este impuesto desaparezca, pues el país carga con una deuda muy fuerte.

“Lamentablemente el gobierno tiene muy poco margen de maniobra, no puede tomar más deuda porque las calificadoras están encima de México y está en riesgo nuestro grado de inversión…Se tienen que ir haciendo sinergia  poco a poco en otras áreas del gobierno, de tal forma que pueda disminuir el IEPS sobre la gasolina y que pueda ser más competitiva”, comenta.

Para Miguel Marmolejo, la clave para disminuir el impuesto gubernamental en combustibles sería encontrar una fórmula de equilibrio entre el precio de exportación del petróleo mexicano y el IEPS:

“Conforme el mercado internacional aumente el valor de exportación del barril (dólares), esto beneficiará directamente al presupuesto nacional; por tanto, debería de reflejarse de manera proporcional en el IEPS para tener un precio más barato en gasolinas”, explica.

Con esto, el ingreso derivado de la exportación del petróleo mexicano debería destinarse a actividades productivas como infraestructura, tecnología, entre otras. Sería la forma en la cual el proceso de “liberalización” realmente funcionaría, menciona el experto. 

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