La presencia del gusano barrenador en México encendió las alarmas de la industria agropecuaria, uno de los pilares económicos del país. Tras la advertencia de Estados Unidos de restringir las importaciones de ganado mexicano, el tema tomó relevancia internacional.
En ese sentido, Julio Berdegué, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, informó que ya respondió de manera formal a la carta enviada por Brooke Rollins, titular de Agricultura de EE.UU., quien condicionó las compras de ganado mexicano a cambios en la estrategia contra esta plaga. Desde su cuenta de X, Berdegué aseguró que México actúa con responsabilidad y que no aceptará imposiciones: “Colaboramos, pero no nos subordinamos”, subrayó.
Sin embargo, la tensión no ha dejado de escalar. Estados Unidos exige permitir el libre tránsito de aeronaves del USDA y exentar de aranceles el equipo especializado para combatir el gusano barrenador. De no cumplirse estas condiciones, a partir del 30 de abril los puertos estadounidenses cerrarían al ganado mexicano, afectando a un sector que exportó más de 1.3 millones de cabezas de ganado en 2024.
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Por su parte, actualmente México acumula 265 animales afectados por el gusano barrenador y 14 mil 513 animales expuestos a la plaga en cinco estados, de acuerdo con datos oficiales. En consecuencia, para contener la expansión, el gobierno mexicano restringió el movimiento de ganado en los ranchos afectados, prohibiendo la venta o reubicación de los animales, una medida crucial para frenar la propagación del parásito.
En tanto, hasta el 1 de marzo se registraron tres casos de miasis por Cochliomyia hominivorax en personas de los estados de Campeche y Chiapas, según informó la Secretaría de Salud. A pesar del brote, el informe del WAHIS hasta el 19 de marzo señala que México no ha optado por el sacrificio de animales infectados como parte de sus acciones de contención.
Gusano barrenador: una amenaza para la sanidad animal
Igualmente, el gusano barrenador, causado por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, representa una amenaza crítica para el ganado, ya que:
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Ataca heridas abiertas en mamíferos (y ocasionalmente en aves).
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Provoca infecciones severas, debilitando a los animales.
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Genera pérdidas económicas millonarias si no se contiene rápidamente.
México, libre de este parásito desde 1991, mantiene estrictos controles a través del SENASICA. Sin embargo, tras la detección de un caso en noviembre de 2024, la preocupación resurgió.
El gusano barrenador puede detectarse por:
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Infestación de heridas pequeñas, como picaduras de garrapatas.
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Daños en ombligos de neonatos, áreas de castración o descorne.
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Separación del animal infectado del rebaño, acompañado de depresión y pérdida de apetito.
Sin tratamiento, la infestación puede llevar a la muerte del animal en menos de dos semanas.
¿Cómo prevenir el contagio del gusano barrenador?
Ante el riesgo de propagación, el SENASICA ha redoblado esfuerzos con un plan estratégico basado en dos líneas de defensa en las zonas fronterizas de Tabasco y Chiapas:
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Baños de aspersión con larvicidas en tres puntos estratégicos, móviles según necesidades.
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Puntos de inspección donde se revisa que el ganado tenga constancia de tratamiento sanitario y fleje de embarque.
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Diagnóstico asistido con imágenes electrónicas para detectar infecciones tempranas.
Estas acciones buscan evitar una re-infestación que, según cálculos de la FAO, podría costar hasta 830 millones de dólares en la región.
Impacto económico del gusano barrenador en la agroindustria mexicana
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Asimismo, el gusano barrenador históricamente ha demostrado su capacidad destructiva en la economía del sector. Específicamente, en 1984, las pérdidas para México superaron los 134 millones de dólares. Además, erradicarlo costó, en su momento, 750 millones de dólares a México y EE.UU.
Luego, en 2003, un brote en Chiapas obligó a invertir 36 millones de pesos en solo cinco meses. Hoy, con una industria agropecuaria que aporta un PIB de 1.45 billones de pesos y emplea a 1.85 millones de personas, el riesgo de nuevas restricciones comerciales podría golpear de lleno a miles de ganaderos, transportistas y exportadores.
Recomendaciones para prevenir y actuar
Para evitar una crisis zoosanitaria y económica, las autoridades recomiendan a los productores:
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Inspeccionar diariamente al ganado, especialmente si presentan heridas.
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Tratar de inmediato cualquier herida o infección.
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Transportar solo animales sanos y certificados.
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Reportar cualquier sospecha de infestación al SENASICA.
En caso de sospecha, los ganaderos deben contactar a los servicios veterinarios oficiales para recibir asistencia especializada.
México y EE.UU.: ¿rumbo a una nueva negociación sanitaria?
Por otro lado, la relación comercial ganadera entre México y Estados Unidos ha sido históricamente fuerte. Tras la detección del primer caso en noviembre de 2024, el APHIS del USDA pausó temporalmente las exportaciones mexicanas, pero, gracias a la colaboración entre ambos gobiernos, se reactivaron en febrero de 2025.
Actualmente, las autoridades mexicanas mantienen una postura abierta al diálogo, pero firme en su soberanía sanitaria. La expectativa es que, a través de acuerdos coordinados, se logre salvaguardar tanto la sanidad animal como la estabilidad del mercado. Por tal motivo, la amenaza del de esta infección deja una lección acerca de la importancia de la sanidad agropecuaria para la salud del ganado y para la estabilidad económica y comercial del país.
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