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Comienza feria de artesanías hechas por mujeres

Es difícil encontrar espacios para vender, coincidieron varias artesanas de la segunda Feria Artesanal de la Mujer, en Aguascalientes. Los espacios son caros y la mayoría vende sólo cuando las invitan a exposiciones o durante épocas como abril y diciembre.

A pesar de eso, las mujeres continúan poniendo su corazón y pensamientos en cada objeto que convierten en arte.

Chiapa de Corzo

“Si no hubiera artesanos no habría turismo, porque los turistas llegan por la artesanía, los restaurantes y los paisajes”, dice Guadalupe Pérez Sánchez, mujer de Chiapa de Corzo que desde hace 36 años trabaja con madera y pinturas naturales para llenar de flores coloridas cajas, cruces, diademas y demás objetos.

Como la tradición prehispánica de su pueblo dicta, Guadalupe solo utiliza materiales naturales. De un insecto extrae la grasa que necesita para que la pintura se fije a la madera. Antes lo hacían con la semilla de chía, confiesa. Pero ahora, aprovechan el “aje”, insecto que se reproduce en tiempos de lluvia. Sus dedos y un pincel hecho con pelo de gato se encargan de pintar el decorado.

El primer objeto que Guadalupe pintó fue un guaje. Después de agarrar maestría en este arte ha enseñado a sus hijos y a estudiantes de Turismo. Les muestra cómo preparar la laca y las pinturas. Su trabajo ha sido reconocido con varios premios y dice tener cerca de 60 diplomas.

“Me gusta el arte, mis pensamientos quedan en las flores. Como dicen, si está uno triste las flores salen tristes, si está uno alegre salen alegres”, dice sonriente.

Alebrijes de Oaxaca

Lo primero que aprendió Graciela Sosa Vicente, a los ocho años, fue a tallar la madera del pino y a tener paciencia para hacer bien los puntos y rayas que después dibujaría en sus alebrijes.

Para algunos objetos, como los sillones, cruces y alajeros utilizan pino, otros los hacen con madera de copa, un árbol aromático de la región, del que se extraen resinas.

El taller donde se pintan estas artesanías está en su casa, en San Martín Tilcajete, un pueblo al sur de Oaxaca. Su familia imagina y pinta alebrijes desde hace más de 50 años.

Blusas de hilo de seda, Oaxaca

Isidra Ramírez puede tardarse hasta dos meses en hacer una sola blusa. La mayoría del tiempo, uno. Todo depende de cuántos hilos de seda quiera bordar sobre el algodón.

Ella y Sofía Pérez son dos de las 12 mujeres de San José del Progreso, en Ocotlán, Oaxaca, que se dedican a confeccionar las prendas.

La mayoría trabaja en su casa y vende sólo en semana santa, en diciembre, durante la Guelaguetza y si las invitan a ferias o exposiciones.

Sofía cree en que se debe transmitir el conocimiento, que sus hijos sepan bordar para que la tradición no se pierda.

Artesanía con fibra de maguey, Hidalgo

Con fibra de maguey, ixtle y lechuguilla se tejen manteles, rebosos, carpetas, collares, chalecos y faldas.

María Cantero Ocampo, de la localidad de El Botho, en Cardonal, Hidalgo, comenta que lo que más les hace falta a los artesanos es mercado donde vender sus productos.

“En Hidalgo la mayoría sabemos hacer esto, no compramos ni nos compran. Pero saliendo a México, a otros lados, o si nos siguen dando espacio donde vender lo agradeceríamos mucho. Hay lugares carísimos que ni pensar en rentarlos”.

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La feria durará hasta el domingo 8 de marzo. Está ubicada a un costado de Palacio de Gobierno con horario de 10 de la mañana a 8 de la noche.

De acuerdo con Raúl Landeros Bruni, subsecretario de las MiPymes, el recurso para este evento viene del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías y del Gobierno del Estado de Aguascalientes.

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