Por Ignacio de González Cervantes. Miembro Fundador IIFE
Parte fundamental de la vida económica en México es la acción constante de las empresas familiares. Tan sólo basta mirar hacia esos grandes complejos que se han erigido por la dedicación, sacrificio, inversión y apuesta del riesgo; empresas como Vianney, JM Romo, La Huerta, González Trucking, Rolcar, más otras tantas para conocer sus rostros vivos promotores del empleo, con el uso de nuevas tecnologías, responsabilidad social y generación de riqueza en todos sus sentidos.
En el entorno social local significa que estamos usando los valores inmediatos dentro de la familia y ese mismo fenómeno proyecta la identidad de quien trabaja allí. La confianza, el respeto, el apego y el comer en familia -al menos los domingos- representa el motor para generar lazos en el negocio, en lo cotidiano constituyendo el patrimonio del futuro y condiciones de trabajo para la sociedad donde habitan.
Ahora bien, no es suficiente esta parte para desempeñar un rol calificado en la empresa. El poder de hacer, construir y motivar lo tiene el líder y los miembros de la familia con talento y experiencia en diferentes áreas de los negocios y de la VIDA. Ésta debiera ser la llave para impulsar los talentos de la organización e involucrar con tareas que van más allá de la empresa. Para empezar que todo miembro familiar conozca los valores de la familia y luego aprenda a trabajar, se ensucie las manos, sude la camiseta, comprendiendo el significado de la cultura del esfuerzo en el negocio y de cómo fue edificada la historia de los fundadores.
Una vez enseñado el saber, el saber hacer es posible demostrar que la persona de menos edad y experiencia pueda superar sus metas, miedos e inexperiencia con el trabajo, la especialización y valor compartido con los demás.
El uso del poder llevado por los años y las batallas libradas por los miembros de la familia dan cuenta de que al transmitirlo a la siguiente generación es parte de la escuela de enseñanza. Sin duda lleva tiempo y paciencia cultivadas. Todas las experiencias que no dan los títulos ni las universidades. De allí su importancia para el futuro de México en la cadena más importante: la familia.
Es así que en el Instituto Internacional de Familias Empresarias observamos los más grandes retos del segundo semestre del año 2018 serán:
- Construir acuerdos familiares para el bien del negocio de forma emocional y por escrito.
- Generar iniciativas a través de Spin Off permitiendo a las nuevas generaciones ingresar a la actividad económica, a través de incentivos como fondos, fideicomisos con una cultura de emprendimiento.
- Gestionar el talento, no existe mejor herramienta de trabajo que la colaboración de personas comprometidas, motivadas y con una visión de largo plazo.