«Muchas manos, muchos corazones y muchas mentes suelen contribuir a los logros notables de alguien». – Walt Disney
De acuerdo con el libro The Disney Way de Bill Capodagli y Lynn Jackson, el señor Walt Disney planteó, entre muchas otras cosas, una metodología de diez creencias formativas del corazón para lograr su éxito:
- Proporcionar a todos los miembros de la organización la oportunidad de soñar y aprovechar la creatividad contenida en dichos sueños.
- Ser firme en sus creencias y principios.
- Tratar a los clientes como huéspedes.
- Apoyar, potenciar y recompensar a sus empleados.
- Formar relaciones de larga duración con proveedores clave y socios.
- Atreverse a correr riesgos calculados para que florezcan las ideas innovadoras de todos.
- Entrenar profundamente a sus empleados y reforzar constantemente la cultura de la compañía.
- Alinear la visión a largo plazo con la ejecución a corto plazo.
- Usar la técnica de tableros de historias para resolver los problemas de planeación y comunicación.
- Prestar gran atención a los detalles.
¿Para qué nos sirve todo esto, si lo que buscamos es incrementar nuestras ventas?
La idea no es copiar lo que esta empresa ha hecho o está haciendo. Cada organización es diferente y con mercados distintos, además de que todo esto es contrario a la innovación, que es necesaria para reinventar los negocios de acuerdo a los desafíos que se presentan con el tiempo.
Estos planteamientos sugieren, solamente, que cualquier persona puede innovar, efectuar cambios y encontrar sus propias rutas para el éxito repetitivo.
En lo personal, considero que la empresa creada por Walt Disney no solo ha sido y es ejemplar, sino también continúa siendo hoy en día un modelo de creatividad y trabajo en equipo disciplinado, características que la han llevado al éxito.
Nuevamente la pregunta: ¿De qué le sirve este ejemplo a mi negocio o equipo?, ¿cuál es el beneficio para mi empresa?
Seguramente uno grande, y es que vemos en una gran variedad de organizaciones vendedores, administradores, personal de apoyo y operadores mal alineados, los cuales ayudan muy poco en la consecución de los objetivos de la empresa. (Te recomiendo buscar en internet el video: ¿Quién asesinó la venta?).
Por eso sugiero una revisión constante de la alineación del personal según los objetivos de la empresa, su misión y visión, es decir, un adecuado desarrollo organizacional.
De esta manera, será más fácil tener equipos de ventas altamente motivados, responsables y profesionales, que difícilmente se van a expresar mal de su organización, sus productos y hasta de su competencia: vendedores que creen en la compañía, en sus productos y en sí mismos, además de que crean los resultados que la empresa está esforzándose en alcanzar.
Así nuestras organizaciones irán evolucionando de empresas empíricas a socios estratégicos de sus clientes, condición que se ha vuelto necesaria para competir en mercados cada vez más globales.
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