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La ligera ventaja del subdirector de Soluciones de Crédito de Scotiabank

Claudio A. Medina de la Torre es una persona multifacética. Además de ser financiero y papá, es maestro, estudiante, deportista y miembro de las asociaciones de Scouts de México y Patinaje Artístico sobre Hielo en Aguascalientes.

Como subdirector de soluciones de crédito para la zona Bajío de la banca empresarial de Scotiabank, sus principales retos son conocer a las empresas y sus necesidades financieras, identificar los riesgos, y entender los mercados para asesorarlas y tomar las mejores decisiones.

Rutinas de un líder

Se levanta a las 6:30 de la mañana, lleva a sus hijas a la primaria, desayuna, lleva al más pequeño al kinder y luego, se dirige al trabajo. Por las tardes, toma clases de japonés o imparte clases de finanzas; sale a correr y apoya a sus hijas en la revisión de tareas y en su preparación para exámenes.

Anteriormente, trabajaba en una institución bancaria en la cual atendía a catorce compañías niponas. Recibía la información financiera en inglés, pero en una ocasión se la entregaron en japonés; al no conseguir ayuda para traducirla, decidió estudiar esta lengua.

«Si te metes a estudiar japonés, cambia toda tu estructura gramatical. Tienen kanjis importados de los chinos y dos silabarios, uno para las palabras japonesas y otro para las palabras que importaron de otras lenguas, principalmente del inglés».

Acaba de terminar el nivel cuatro y lo que más le gusta de aprender el idioma del país del sol naciente es que “es distinto a todo a lo que estamos acostumbrados. Si te metes a estudiar japonés, cambia toda tu estructura gramatical. Tienen kanjis importados de los chinos y dos silabarios, uno para las palabras japonesas y otro para las palabras que importaron de otras lenguas, principalmente del inglés”.

Se considera ochentero de corazón y le gusta la música de los Enanitos Verdes, Miguel Mateos, Mecano, Hombres G, Caifanes, Maná y hasta La Maldita Vecindad.

Otro de sus pasatiempos es el escultismo. Desde niño se convirtió en scout y tuvo la oportunidad de asistir al jamboree (una reunión a nivel global en la cual participan alrededor de 40,000 scouts) en tres ocasiones distintas: en Holanda, Chile y Tailandia.

El mejor consejo que alguien le ha dado es “trata a los demás como quieres que te traten”. Su sueño es trabajar, por lo menos, un par de años en otro país con toda su familia a su lado.

Cinco hábitos que lo hacen ser él

«Me gustó mucho ser boy scout porque maduré, me enseñaron a dejar de ser introvertido, crecí mucho y aprendí a valorar todo lo que tenía».

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