Icono del sitio Líder Empresarial

Cine de valores, gran mercado

Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, El gran pequeño (Little Boy) es la segunda gran película de Metanoia Films, la productora que el mexicano Eduardo Verástegui echó andar junto con dos socios, después de un proceso espiritual que redefinió el rumbo de su carrera.

“La idea de esta película es invitarte a que no te rindas, a que no importa qué tan grande esté la montaña y no se mueva, porque si tú tienes la fe del tamaño de una semilla de mostaza, esa montaña se va a mover”, compartió el actor durante su visita a Aguascalientes para asistir al Congreso Internacional de la Familia 2015, organizado por la escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana.

El filme narra la historia de un niño víctima de bullying en los años 40. Verástegui lo define como “un cuento para adultos desde la perspectiva de un niño de ocho años”, cuyo objetivo es transmitir fe, amor y esperanza.

Por esa razón, el actor busca que una semana antes de su estreno en cines mexicanos, el próximo 15 de mayo, sea proyectada de forma simultánea en prisiones, asilos, orfanatos y hospitales del país.

Eduardo Verástegui también compartió su experiencia de emprender Metanoia Films, una productora que se propuso crear tras haber renunciado a una carrera en ascenso como cantante y galán de telenovelas en Televisa.

Para él, fue importante encontrar socios que pensaran de forma parecida a él, como Alejandro Monteverde y Leo Severino. El resultado, dice, es un cine al que le va muy bien

“Hay un mercado muy grande. La gente quiere entretenerse, pero también quiere salir llena no solamente de palomitas, sino de fe, amor, esperanza. El arte tiene el poder de sanar heridas, de unir a las personas, de cambiar vidas… Nos dimos cuenta de que la intención de hacer un cine que tenga ese potencial, no solamente de entretener, sino además de inspirar, también es un cine que le va muy bien”, dijo.

Salir de la versión móvil