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Cinco maridajes inusuales que te encantarán

El maridaje es el arte de combinar vinos y alimentos sin dejar que el sabor de uno opaque al otro. Un buen vino no se acompaña con cualquier cosa y una buena comida tampoco. Cuando escuchamos la palabra maridaje, seguro pensamos en tintos, cortes y quesos; pues nada más lejano de la realidad. Maridar va más allá de eso.

En Líder Empresarial consultamos a una experta en el tema, la sommelier Marisa García, quien nos dio cinco recomendaciones de maridajes poco comunes. Si te atreves a hacer la mezcla, te aseguramos que no te arrepentirás.

Mole. ¿Alguna vez habías pensado en tomarte un vino con tu mole favorito? Pues este dúo no te dejará indiferente. De acuerdo con Marisa, los variados ingredientes de este platillo mexicano lo convierten en un candidato ideal para ser acompañado por un vino que tenga un cierto dulzor, por ejemplo, un Lambrusco o un Moscato. El mole es una comida cuyo sabor no se queda mucho tiempo en boca, por lo cual necesita un vino persistente que ayude a fijar los sabores.

Palomitas con mantequilla. Escoge una película y tu marca de palomitas favorita para este maridaje, el cual queda perfecto con un Chardonnay ligeramente pasado por barrica. La mantequilla y este vino van muy bien. Recuerda que se trata de experimentar y hallar las mejores combinaciones, no tengas miedo.

Queso azul. Este tipo de queso es de los que se te queda en la boca por mucho tiempo. Nada mejor que hacer una contraposición de sabores para atenuar su fuerza. Para esto, necesitarás un vino dulce cosecha tardía. Su intensidad dulce se mezclará con la del queso: unta un poco en un pedazo de pan, pon una rebanada de pera encima y disfruta.

Chocolate amargo. Elige un chocolate que tenga entre 70 y 80 por ciento de cacao, esto es muy importante. Usa el Pedro Ximénez, un vino con 200 gramos de azúcar por litro. Dulcísimo. Pero no te preocupes, el amargor bajará lo empalagoso. La sommelier recuerda que el alimento no debe cubrir el vino: si uno sobrepasa al otro, ya no hay maridaje.

Carnes frías. Puede que esta combinación no te parezca tan inusual. Si estás pensando en un tinto, olvídalo, vamos a acompañarlo con un espumoso. Marisa comenta que este maridaje es muy popular en Europa. Las carnes frías, al contener mucha grasa, dejan una sensación sebosa en tu boca; nada mejor que las burbujas de un espumoso para lavarla.

Si eres fanático del vino, puedes intentar más maridajes y contarnos tus descubrimientos.

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