El anuncio del cierre de restaurantes, bares y antros emitido por el Ayuntamiento de Aguascalientes como medida de prevención ante el coronavirus COVID-19 deja en situación de vulnerabilidad a más de 44 mil trabajadores del sector, consideró el Colegio de Economistas de Aguascalientes.
El presidente del colegio, Jael Pérez Sánchez, manifestó que el ingreso de la gran mayoría de las personas dedicadas a esta industria perciben un sueldo simbólico, pues el mayor ingreso está basado en las propinas, llegando a recibir en promedio entre 8 mil y 12 mil pesos mensuales.
“¿De qué va a vivir esta gente por el tiempo que dure la contingencia?”, se preguntó.
Si bien señala que la orden puede ser adecuada para algunos y considerada exagerada por otros, refirió que lo cuestionable es la falta de medidas planteadas por los gobiernos municipal y estatal para contener el impacto económico de la medida establecida.
“Creemos que simplemente se tomó la decisión pero no se estimó el impacto, pues no hay ninguna medida de contención económica ante esta situación”, externó.
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El presidente del Colegio de Economistas pronunció que por lo menos, los restaurantes deberían mantenerse en funcionamiento pero reduciendo entre un 30 y 40% su capacidad de comensales:
“Deben continuar con las puertas abiertas, pero quitando alrededor de ese porcentaje de mesas, y obviamente, sumado a las medidas de prevención ya anunciadas (…) Que sigan funcionando a medio gas, no parar por completo a la industria restaurantera”, mencionó.
Jael Pérez Sánchez pronunció que es incongruente detener una industria de la que dependen económicamente 44 mil personas y, por ejemplo, seguir permitiendo la realización de misas donde la aglomeración es mayor y la gente está codo a codo.
“En los restaurantes puedes tomar las medidas anteriores y evitar que haya un hacinamiento, y así ayudar a toda esa gente que se encuentra en el sector trabajando; tal vez sus propinas se reducirán a la mitad, pero van a tener algo”, dijo.
Comentó que ante la falta de ingresos de muchas familias, se corre el riesgo de un alza en la comisión de delitos como el robo a casa habitación o una incremento en el número de suicidios de personas afectadas por la situación.
“Sabemos que estamos en una pandemia y que tenemos que tomar medidas diferentes en nuestro comportamiento; pero también no podemos paralizar nuestra economía: ni la del estado ni la del país. Después será más costoso, económica y socialmente, que el mismo coronavirus”, finalizó.