Una posible guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha vuelto cada vez más real. El primer paso lo dio el presidente estadounidense, Donald Trump, al imponer aranceles del 25 por ciento sobre más de mil 100 tipos de productos chinos que ingresan al mercado norteamericano por un valor total de 50 mil millones de dólares. Los principales artículos que se verán afectados son llantas y turbinas, electrodomésticos, tecnologías de la información y maquinaria industrial, provenientes de la nación asiática.
Por su parte, China “contraatacó” a Estados Unidos de la misma forma hace algunos días, al anunciar nuevos aranceles del 25 por ciento sobre 659 productos provenientes del mercado estadounidense. Los artículos afectados de la nación americana serán insumos agrícolas, acuáticos, químicos, energéticos, equipos médicos, entre otros.
Ambas naciones implementarán sus nuevas medidas arancelarias a partir del 6 de julio, pero durante el periodo previo Estados Unidos amaga con incrementar los impuestos en más productos chinos, bajo el argumento de “estabilizar la balanza comercial” entre los dos países. De hecho, ante la última estrategia arancelaria del Ministerio de Comercio chino, Trump anunció esta semana que preparará aranceles adicionales del 10 por ciento a productos chinos por valor de 200 mil millones de dólares.
Esta última acción fue calificada por la nación asiática como un “chantaje”, comunicando lo siguiente a través de la Comisión de Aduanas de China: “La medida estadounidense viola las reglas relevantes de la Organización Mundial del Comercio, va en contra del consenso alcanzado en consultas económicas y comerciales bilaterales, infringe gravemente en los derechos e intereses legítimos del lado chino y socava los intereses de China y su pueblo».
De efectuarse la nueva medida planteada por Trump, China podría responder con nuevos gravámenes, lo que podría generar un golpe directo para la economía global, por lo que organismos como la OCDE han hecho un llamado para que ambos países dialoguen y eviten un conflicto económico mundial.