Han pasado más de cinco meses desde que China notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la aparición de una neumonía atípica provocada por un coronavirus desconocido en la localidad de Wuhan, en la provincia de Hubei. Semanas después el patógeno, nombrado como SARS-CoV-2 y causante de la enfermedad COVID-19, se propagó intensamente por todo el territorio del país asiático y se fue extendiendo progresivamente por todo el orbe hasta llegar a los más de cinco millones de casos confirmados y 338 mil muertes causando una pandemia
Naturalmente, China fue el primer país más afectado por el brote vírico, acumulando millares de casos y forzando a la población a establecer un confinamiento excepcionalmente riguroso para controlar la transmisión del patógeno. No obstante, la potencial mundial logró ir controlando la pandemia mientras la intensidad del virus arremetía contra naciones europeas como Italia y España y después Estados Unidos. Para abril, China fue levantando las cuarentenas en las ciudades más afectadas por la enfermedad. Los casos seguían apareciendo, pero ya no en cantidades abundantes como otrora.
El día de hoy, y por primera vez desde el mes de enero, el Gobierno Chino reveló que no se registraron nuevos casos de coronavirus COVID-19. El país actualmente contabiliza 84 mil contagios desde el inicio de la epidemia y 4 mil fallecidos; y ya hay doce países que se han visto mayormente impactados por el patógeno.
La Comisión Nacional de Salud reportó únicamente dos casos sospechosos en Shanghái (importado) y otro en la provincia de Jilin (transmisión comunitaria). Los servicios sanitarios, otrora agobiados al inicio del brote, registran únicamente 79 pacientes bajo tratamiento médico y cinco mil personas en observación tras estar en contacto con una persona infectada.
«Hemos logrado un gran éxito estratégico en nuestra respuesta al COVID-19. No obstante, aún queda una inmensa tarea por realizar», pronunció el primer ministro chino Li Keqiang en la apertura de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional Popular.
Prototipo de vacuna muestra resultados prometedores
China ha logrado avances en el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19, reveló la revista médica The Lancet. De acuerdo con la publicación, el ensayo clínico de fase uno ha demostrado ser bien tolerado, seguro y capaz de generar una respuesta inmune contra el SARS-CoV-2.
La vacuna experimental ha sido aplicada en 108 adultos sanos, reflejando resultados alentadores después de 28 días. Los resultados finales serán valorados dentro de seis meses; en cualquier caso, la revista subraya que se necesitan más ensayos para comprobar que la respuesta inmune brinda protección eficaz contra el coronavirus.
«Estos resultados representan un hito importante. La prueba demiuestra que una sola dosis de la nueva vacuna del adenovirus tipo 5 vectorizada COVID-19 (Ad5-nCOV) produce anticuerpos específicos del virus y células T en 14 días, convirtiéndola en potencial candidata para investigación adicional», manifestó Wei Chen, profesor del Instituto de Biotecnología de Pekín y responsable del estudio.
No obstante, el científico advirtió que los resultados deben interpretarse con cautela, pues los desafíos en el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19 no tienen precedente, y la capacidad de provocar estas respuestas inmunes no necesariamente indica que la vacuna protegerá a los humanos del virus. «Este resultado muestra una prometedora visión del desarrollo de las vacunas contra la enfermedad, pero aún estamos lejos de que esa vacuna esté disponible para todos», finalizó.