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Cesantoni: Una filosofía multigeneracional inquebrantable

Fotografías: Edgar Pérez.

La capacidad para librar adversidades es una de las características que diferencian a las empresas grandes de las pequeñas. Esas situaciones demuestran de qué están hechas: exhibe su fortaleza y estrategia; comprueba su unión y su habilidad para organizarse; prueba lo gruesa que es su piel para ser resilientes ante las dificultades. Y sobre todo, asienta sus bases para crecer. 

Winston Churchill lo dijo: “la cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor”… Para la empresa zacatecana Cesantoni, navegar con el viento en contra fue clave para despegar. Fue la inspiración de un negocio familiar que aprendió a hacerse más fuerte gracias a las adversidades; una dinastía que Pablo Reimers Morales comenzó junto con su esposa Gabriela Campos y que sus hijos Yaco, Bernardo y Hermann Reimers siguen empujando. 

Cesantoni es considerada hoy como una de las empresas más representativas de Zacatecas, líder en la producción de pisos y recubrimientos cerámicos de pasta blanca. Cuenta con tres plantas que comprenden más de 160,000 m² de extensión, generan más de 700 empleos y atienden arriba de 300 puntos de venta en México, Estados Unidos y Centroamérica. 

La familia Reimers no imaginó construir una empresa con tal tamaño hace 39 años. En aquel entonces, sólo 50 personas conformaban Cesantoni. Pintaba ser un negocio sin mucha proyección y sumamente arriesgado. No obstante, desde su creación, la organización aprendió a “resurgir de las cenizas” y justo así fue como se convirtió en una de las empresas familiares más tradicionales del Bajío… 

Un incendio de humo blanco

Era la década de los setentas y Zacatecas atravesaba por un despertar económico impulsado por sus pequeñas empresas familiares. La ferretería “El Globo”, de la familia Reimers, era una de las más importantes en la zona. Sin embargo, el 24 de junio de 1971, su principal sucursal situada en el Centro Histórico sufrió un incendio. 

El siniestro provocó grandes pérdidas que pusieron al borde del colapso a la cadena ferretera. Pero un joven prodigio de la familia decidió tomar las riendas del negocio: Pablo Reimers, quien regresó a Zacatecas después de su paso en la sultana del norte, donde estudió Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey y trabajó en una compañía de pintura. 

Tenía sólo 25 años. Era el mayor de siete hermanos. Pese a su juventud, estaba seguro de que podría lograr que la ferretería retomara su crecimiento aplicando lo que aprendió en Monterrey, que en aquel entonces le llevaba una gran distancia a Zacatecas al ser la ciudad con mayor desarrollo industrial en México. 

Con el paso del tiempo, la cadena de ferreterías volvió a números verdes y Pablo gestó una nueva idea de negocio: “En la tienda se vendían productos de cerámica pero la proveeduría siempre fallaba. Mi padre se dio cuenta de que era un mercado mal atendido en el que podría insertarse ofreciendo un mejor servicio”, comenta Yaco Reimers, hijo mayor de Pablo. 

El entonces joven emprendedor inició su propia empresa de pisos y recubrimiento cerámico y porcelánico en octubre de 1980. Su inspiración en las tendencias italianas y su devoción profunda al Santo Niño de Atocha le dio como idea un nombre original para el negocio: Cesantoni, un término compuesto de “Cerámica Santo Niño”. 

Fue así que sin tener pleno conocimiento del mercado, el zacatecano decidió arriesgarse para iniciar con su proyecto. En conjunto con sus hermanos arrancó la producción de su primera planta con un proceso rudimentario que con ayuda de un ingeniero químico se transformó en la fórmula de un material icónico para la marca: la pasta blanca. 

La fórmula del éxito 

Apenas ingresando al mercado, Cesantoni creció de forma acelerada. Sus productos de pasta blanca resultaron todo un éxito, ya que ofrecían mayor resistencia, dureza y menos absorción que los de su competencia: “El mercado estaba dominado por la pasta roja, un material más ferroso y con ingredientes orgánicos. Nosotros apostamos por mayor calidad gracias a nuestros procesos de monococción”, menciona Yaco. 

La empresa de los Reimers despegó en poco tiempo, posicionándose como referente de la producción de cerámica blanca a nivel nacional. El tipo de materiales que fabricaban eran difíciles de conseguir en México, por lo que su principal competencia estaba en el extranjero: “Nos dirigimos a un sector alto que requería materiales más complejos que antes sólo obtenía por importación. Les trajimos lo que buscaban a manos de zacatecanos”

Cesantoni se encontraba en apogeo hasta que en los noventas, el mercado evolucionó hacia una fuente de energía con un costo a la baja: el gas natural. Este energético llegó a varias partes del país menos a Zacatecas, por lo que las diferencias de costos y ganancias se dispararon la industria local: 

“Cuando el gas Natural se abarató, otras entidades lo empezaron a utilizar y cambiaron la jugada. Para nosotros, el 86% del costo de producción era destinado al gas LP, mientras que las empresas que usaban gas Natural empleaban apenas el 7% de sus costos”

La primera gran adversidad de Cesantoni ocurrió. Bajo el asesoramiento del consejo directivo la compañía planeó migrar sus instalaciones a Saltillo, una ciudad que ofrecía varios beneficios aunque tenía dos grandes “peros”: carencia de capital humano y falta de insumos para la producción de pasta blanca. 

Los Reimers también consideraron mudarse a Aguascalientes, donde sí había gas natural y los costos eran menores por su cercanía con Zacatecas; pero decidieron resistir un tiempo más para no abandonar tierras locales. Como si fuera poco, el mundo atravesaba por la fuerte crisis económica del 2008.

En medio de esa angustiante espera, Pablo Reimers enfermó gravemente. Mientras hacía frente a su padecimiento, sus hijos y su esposa se encargaron de administrar el negocio. Yaco asumió la dirección general, Bernardo la dirección comercial, Hermann la dirección operativa y Gabriela quedó al mando del diseño y la estética de los productos. 

La familia preparó la sucesión durante tres años, tiempo en el que Pablo viajó a Houston, Texas para atender su enfermedad. Lamentablemente, la tarde del miércoles 29 de enero del 2014, el afamado y querido empresario zacatecano falleció a los 67 años. Los Reimers vivieron ese día el momento más crítico a nivel personal y empresarial… 

Tras la tormenta

La paciencia es quizá uno de los mayores dones de cualquier persona exitosa. El sexto presidente de Estados Unidos, John Quincy Adams, dijo una vez que es una cualidad que tiene un “efecto mágico” para que las dificultades y los obstáculos desaparezcan.

La familia Reimers fue paciente y justo un año después de la muerte de “don Pablo”, el servicio de gas natural llegó a Zacatecas. El suceso fue un aliento para todos; ayudó a superar las complicaciones transcurridas y marcó el renacer de Cesantoni: 

“La empresa despertó y nosotros continuamos con el ejemplo de mi papá. Sabíamos que con trabajo y esfuerzo podríamos trascender. Pese al gran camino que recorrió, había mucho que hacer todavía y varias áreas de oportunidad por cubrir”, relata Yaco. 

Con el nuevo energético, los Reimers hicieron un ajuste en la organización para incrementar la productividad de la compañía. En el proceso, tomaron la difícil decisión de cambiar 17 puestos directivos: “Quedamos en buenos términos con colaboradores que le dedicaron más de treinta años a la empresa y nos apoyamos en ellos para incorporar a gente con mucha actitud, voluntad y juventud. Dimos una respiración a la empresa”

En apenas dos años, Cesantoni registró un crecimiento sostenido del 40%, lo que motivó la apertura de su tercera planta, donde aumentó la actividad en más del 50% y creó líneas de producción para pisos de gran formato y otros productos complejos. La nueva factoría implicó una inversión de más de 340 millones de pesos con la que se instaló maquinaria automatizada y se generaron más de 200 empleos. 

De tal forma, desde 2016 hasta la fecha, Cesantoni se ha catapultado como una de las cinco compañías más fuertes en el mercado de pisos y recubrimientos cerámicos y porcelánicos a nivel nacional. A punto de cumplir 40 años en la industria, la compañía zacatecana ya piensa en su cuarta planta; no sin antes seguir reforzando lo que considera su principal bastión: el capital humano.  

“Las empresas son gente” 

Yaco Reimers pasó por una transformación personal y empresarial tras vivir varias situaciones adversas. Con más de seis años dirigiendo Cesantoni junto con su familia, ha forjado un liderazgo inspirado en el ejemplo de su padre cuya principal característica es una apuesta constante por desarrollar talento:  

“Las empresas son gente. Podemos tener las mejores herramientas del mundo pero sin el capital humano no hay forma de seguir adelante. La actitud, la voluntad y las ganas de nuestros colaboradores por hacer bien las cosas está por encima de todo”

Con esa fórmula, el sucesor de los Reimers busca llevar la compañía a otro nivel. Reflexiona que quizá se avecinen momentos difíciles en la economía, pero señala que el mayor reto para mantener la competitividad del negocio es mejorar su capacidad de adaptación: 

“Podrán existir muchas cosas que no nos gusten pero hay que buscar siempre el lado bueno de las mismas. Trabajar con valores y principios nos dará alternativas para crecer. Hay que delimitar las capacidades y no trabajar con temor. No hay que contaminarnos del pesimismo sino ser más optimistas”

Hoy la familia Reimers busca seguir impulsando el crecimiento de Cesantoni y convertirse en la marca de mejores precios, servicio y calidad en mercado nacional. Para llegar a la meta, basarán su operación en lo que consideran como sus pilares organizacionales: pasión, honestidad, innovación y constancia, todos estos elementos que califican como “distintivos” del empresariado zacatecano: 

“Nos toca subirnos a la dinámica de nuestros vecinos de la región; estados que al igual que nosotros, vinieron de muchas adversidades. Como sociedad, industriales, gobierno, requerimos ser mejores, más arriesgados y adaptarnos más rápido al entorno nacional e internacional”

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