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Cesantoni, un legado multiplicador

Hasta cierto punto, fundar una empresa pudiera ser considerado fácil, pero lograr su permanencia en el transcurrir de los años implica un desafío mayúsculo -sobre todo si en su nacimiento estuvieron involucrados varios familiares-.

En el estudio “Nivel de progreso de las Empresas Familiares para lograr su continuidad y armonía”, realizado por el IPADE Business-School, se establece que los procesos de sucesión entre generaciones son el mayor reto que enfrentan las organizaciones familiares; en especial, en el traspaso de la primera a la segunda generación, aunque también de la segunda a la tercera.

De igual modo, en la “Encuesta de Empresas Familiares 2021: Capítulo México”, elaborada por PWC, se advierte que en nuestro país sólo en una de cada tres empresas familiares (35%) trabajan miembros de la próxima generación. En contraparte, seis de cada diez participantes señaló que ningún familiar de las nuevas generaciones trabaja en su empresa.

En ocasión de la celebración del Día del Padre, Líder Empresarial presenta tres casos en los que se ha logrado una sucesión sobresaliente.

Cesantoni, sinergia familiar

Cesantoni, la empresa zacatecana de fabricación y distribución de pisos y recubrimientos cerámicos fue fundada en 1980 por Pablo Reimers, junto con su hermano. Ambos observaron la necesidad de este tipo de producción en el estado.

Cuarenta y un años después, la empresa cuenta con presencia en todo México, el sur de Estados Unidos y parte de Sudamérica. En 2010, Yaco Reimers, hijo de Pablo, fue nombrado Director General Adjunto. Tras la muerte del fundador, en 2014, la dirección pasó por completo a su hijo.

Esta empresa familiar se ha constituido principalmente por los lazos fraternales que la dirigen, Yaco Reimers desde la gestión empresarial y al frente de la empresa, Bernardo Reimers desde el ámbito comercial y Hermann Reimers en la producción y operaciones.

Tras la muerte del padre, la incursión de los hermanos menores constituyó una entrada oportuna: los cambios de estructura dentro del proyecto familiar se avecinaba de manera contundente. “Hicimos un muy buen trinomio que nos empezó a funcionar muy bien”, indica Yaco, al referir el trabajo conjunto que realizan para dirigir la empresa.

Una acción que ha marcado la estabilidad, así como el desarrollo de Cesantoni, fue la realización y ejecución de un protocolo familiar que se mantiene en constante actualización. En él, se gestionan aspectos de gobierno corporativo, órganos de gobierno, estrategias de comunicación, acciones para promover la unidad familiar, la autodisciplina, la responsabilidad y la aportación de valor (por parte de cada uno de los socios).

“Creo que lo más importante y lo que nos dio un paso fuerte fue el gobierno corporativo. Hicimos un consejo de administración en el que se tienen tres consejeros externos que brindan enfoques y visibilizan lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal”. En suma, también ayuda mucho el que todos compartan una visión a largo plazo.

En cuanto a la sucesión o el plazo cesario, estipularon dentro de este protocolo que, para poder ingresar a la empresa, se deben cumplir con ciertos estatutos y reglamentos. “El hecho de que te apellides Reimers no te asegura el puesto”, indica Yaco. Entre otros aspectos, para ocupar un puesto directivo se necesita un nivel académico de maestría en adelante y contar con dos años de experiencia.

Actualmente la empresa tiene miras de crecimiento y expansión a nuevos mercados. Principalmente, se trabaja en un acuerdo de comercio con Estados Unidos, así como la creación de dos nuevas plantas.

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